viernes, 28 de diciembre de 2012

El mayor regalo de la Navidad

Que en estas fiestas la magia de tu sonrisa inunde de felicidad a los que te rodean.

Que las pequeñas cosas se conviertan en grandes actos llenos de valor, bondad y afecto.

Que la magia de un abrazo no se pierda en estas fechas por el orgullo interno y la fortaleza que creemos poseer.

Que el mayor regalo sea un simple y gran minuto en compañía de los tuyos, de aquellos que te quieren, aquellos a los que añoras cuando están lejos y que recibes con un cálido encuentro desde el corazón.

Que los regalos para nuestra gente no se conviertan en simple papel de envolver o en unos cuantos billetes que repartir. Que sirvan para agradecer la compañía de los nuestros y los actos que realizan por nosotros. 

Que sirvan para dar las gracias por el mayor regalo que una persona te puede ofrecer: su tiempo.
Y todo ello sin esperar nada a cambio, solo con la ilusión de ver el brillo y la magia de la Navidad y del afecto en los ojos del otro.

Porque ese brillo melancólico, esos ojos iluminados y esa sonrisa expresando alegría, son el mayor regalo de la Navidad.

Felices Fiestas