domingo, 15 de agosto de 2010

"Más allá del cielo azul" Epílogo



Sara, al verlo tan triste, le alzó la cara con una mano y al ver que una lágrima corría por su mejilla, con la otra mano logró secársela.
-Sara: “¡Cariño! Por favor, no llores, jamás, escucha bien, jamás me separaré de ti y lo que es más, jamás dejaré de quererte porque eres mi vida entera y como ya sabes no puedo perderte…”
-Flarmy: “Lo sé Sara, pero… ¿Qué pasará ahora? ¿Cómo va a seguir esto? Tendremos que estar separados hasta que llegue la noche y pueda verte… Y no sé… Seguramente tenga que encargarme de atender a más niños y no podré verte…Y eso es mucho tiempo sin ti… No sé si podré aguantarlo…” – dijo llorando y volvió a agachar la cabeza.
-Sara: “Ven, siéntate en la cama y vamos a hablar… ¡Ey! Mírame – le dijo alzándole de nuevo la cabeza – y deja de llorar por favor… Mira Flarmy, tenemos que ser fuertes y aguantar así. Yo no sé si podré tampoco. Además, puedes hablar con los reyes y decirles que no te manden atender a ningún niño más, asi estarás conmigo todos los días. Pero escucha, no solo podremos vernos por las noches, por las mañanas también podremos estar juntos, como hoy, y me encantaría que me llevaras a más sitios, como si vemos el mundo entero desde el aire, da igual lo que hagamos, si nos tenemos el uno al otro. ¿No es así? Seguiremos así y más adelante pensaremos que hacer, ¿te parece?. Pero tienes que convencer a los reyes, asi por lo menos estaremos juntos y los dos seremos fuertes…”
-Flarmy: “Si, llevas razón Sara, así estaremos juntos. Hablaré con ellos, seguro que la reina no se opone…Y así volaremos todos los días, te llevaré a mi reino cuando quieras y todas las noches las pasaré contigo a tu lado…”
-Sara: “Claro que si, ¡eso es magnífico! No te preocupes más, no me gusta verte así, alegra esa cara anda, vamos a divertirnos ahora que estamos juntos” – le animaba.
Sara le cogió la cara con las dos manos, le acarició la mejilla y durante un tiempo le beso dulcemente… Después de esto él abrazo fuerte a la pequeña Sara mientras le decía:
-Flarmy: “Cielo, no sé como agradecerte tu ayuda, me has animado y la verdad que te lo agradezco en el alma… ¡Te adoro!”
-Sara: “Y te he dicho que no me tienes que dar las gracias por eso, porque por ti haría mucho más cariño…”
Flarmy sonrió y asintió con la cabeza, mientras terminaba de abrazarla.
Después de todo esto, los dos se tumbaron en la cama, contaban historias, no se cansaban de mirarse hasta que acababan abrazados y dormidos…
Al día siguiente Flarmy fue a hablar con los reyes, que no tuvieron ningún impedimento en dejar que el hermoso ángel se quedara con su pequeña niña de la ciudad. Por lo que ya no se encargaría de ningún niño más, solo de Sara, estaría con ella para ayudarla y quererla siempre.
Los dos dejaron planeado para todos los días que por la mañana se irían los dos a contemplar bellos paisajes y ciudades desde las nubes y algún día visitarían de nuevo el reino de Flarmy. Y como cada noche, la pasarían juntos…
Todo siguió así, los Señores Harrison nunca sospecharon nada, porque no miraban mucho por su hija mayor, no estaban continuamente tras ella, por lo que era algo mas libre y eso le venía mejor, para irse con Flarmy, y también que sus padres trabajaran y no tuvieran ninguna niñera que cuidara de Marta.
Los días pasaban y el ángel y la chica de la ciudad se querían cada vez más, no podían pasar el uno sin el otro…
Visitaban muchos sitios, Flarmy siguió ayudando a Sara aunque ya no por trabajo, sino por amor.
Sara y Jenny se hicieron muy buenas amigas. También conoció a los padres de Flarmy que la acogieron como una mas de la familia cada vez que iba por allí…
Los dos protagonistas fueron creciendo, pasaban los meses y los años, pero para ellos todo era felicidad y alegría, mientras estuvieran juntos.
Nunca, jamás, Sara reveló su secreto, lo mantuvo por siempre, hasta el fin de los tiempos.
Y así fue como terminó la historia, un ángel y una chica corriente que se conocieron, se enamoraron y a pesar de las diferencias su amor duró en secreto por siempre jamás…


FIN

jueves, 12 de agosto de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 12


Flarmy agarró la mano de Sara fuertemente y la llevaba a su lado mientras atravesaban la gran sala volando hasta llegar al trono donde se sentaban los reyes.
-Flarmy: “Relájate, que te veo nerviosa Sara” – le susurró al oído.
-Sara: “Ains, ya lo se, pero no puedo evitarlo”
Se pararon en frente de los reyes y Flarmy habló:
-Flarmy: “Hola altezas”
-Reyes: “Hola Flarmy, ¿Qué te trae por aquí?”
-Flarmy: “Pues verá alteza… ¿recuerda que me encargó bajar a la ciudad durante tres semanas para ayudar a una niña que estaba triste?”
-Reina: “Ah si, lo recuerdo. Sara se llamaba ¿verdad? ¿Cómo ha ido?”
-Flarmy: “Si, así es, se llama Sara, y la he traído al reino, es ella majestad, esta es la niña de la ciudad” – dijo señalando a Sara y echándola hacía delante.
-Reina: “¡OH Sara! Encantada. Espero que este jovencito haya hecho bien su trabajo porque por lo que veo estas mas contenta ¿verdad? ¿Se ha arreglado todo?”
-Sara: “Claro que si, Flarmy me ha ayudado mucho, tanto que le quiero más que a mi vida y no quiero separarme de el” – dijo mientras le miraba y le cogía del brazo…
-Rey: “Muchacha, me alegro mucho, pero Flarmy y tu no…”
-Reina: “Pero nada. No pasa nada porque una niña de la ciudad este con un ángel de nuestro reino. No hay ninguna ley que lo prohíba. Además se quieren mucho y merecen estar juntos. Chicos espero que seáis muy felices y Sara me alegro que estés mejor, pero tengo que pedirte un favor…”
-Sara: “OH claro, dígame alteza”
-Reina: “No puedes decirle a nadie que este reino existe, ni desvelar este secreto por favor, no se si lo sabrás, pero si en la ciudad se enteran de esto nadie te creerá y más ángeles morirán. Eres la única niña de toda la ciudad que conoce nuestro reino… Así que por favor solo puedo pedirte que guardes bien el secreto…”
-Sara: “Claro majestad, ya se lo he prometido a Flarmy que esto es un secreto entre los dos y de verdad que no voy a decir nada, porque no quiero que esto desaparezca. Me encanta y no dejaría tampoco que a ningún ángel le pasara nada ya que se dedican a ayudar a los demás niños. No sería justo por mi parte. Descuide, puede confiar en mi”
-Flarmy: “Tranquila alteza, seguro que Sara no dirá nada, no tiene porque preocuparse. La conozco bien y para ella todo esto es algo increíble, como un sueño hecho realidad, por eso no dirá nada, ¿no es así cariño?”
-Sara: “Claro que no, él lleva razón yo no diré nada de verdad”
-Reina: “Muy bien, entonces nada mas, podéis retiraros. Y Sara sabes que puedes venir cuando quieras ¿verdad?”
-Sara: “Gracias alteza. Adiós majestades. Hasta pronto”
-Flarmy: “Adiós señores reyes. Voy a llevarla a casa”
-Reyes: “Adiós pequeños, ser felices”
De camino a la salida del palacio, Sara pensaba en todo esto y después su ángel le dijo:
-Flarmy: “¿Ves como no tenías de que preocuparte? Los reyes son adorables y responsables… Nos han deseado todo lo mejor”
-Sara: “Llevabas razón. Me he sorprendido, no pensaba que fueran tan amables. Podrán confiar en mi te lo aseguro Flarmy”
.Flarmy: “Ya lo sé, estoy más que seguro que no dirás nada. Yo confío en ti preciosa y lo sabes”
-Sara: “Si, lo sé, y te lo agradezco”

Cuando llegaron a la salida del castillo, él le dijo a la pequeña:

-Flarmy: “Ya es tarde, creo que debería llevarte a casa ¿no crees?”
-Sara: “Si, por favor, mis padres están al venir y como no me vean en casa…”
-Flarmy: “Pues venga ¡a volar!”
Esta vez Sara le cogió la mano a Flarmy, pero antes de volar ella dio dos chasquidos como le había enseñado Flarmy, para así poder hacerse invisible y que al entrar a la ciudad no la vieran. El ángel también lo hizo, pues no quería viajar como una pequeña luz, quería contemplar a su querida Sara, agarrarla de la mano y sentirla cerca. Así que enseguida empezaron a volar dirección a la ciudad. Mientras se alejaban del reino, Sara le pregunto preocupada:
-Sara: “Flarmy, pero… ¿podré venir aquí algún día más? Es que todo esto es maravilloso…”
-Flarmy: “Claro que si Sara, tu cuando quieras me lo dices y volvemos aquí”
-Sara: “Ains, ¡muchas gracias corazón!”

En unos minutos llegaron a casa de Sara, la ventana seguía abierta, por lo que entraron hacia la habitación. Una vez que Sara dejó de volar y pisó el suelo, se despidió de Flarmy.
-Sara: “Bueno cielo, creo que es mejor que te vayas, mis padres están al llegar y tengo que ver que tal está mi hermana… Pero, por favor, prométeme que vendrás esta noche a verme, quiero que duermas conmigo, por favor, te necesito…”
-Flarmy: “Esta bien, esta noche vendré a pasarla contigo y si insistes me quedaré a dormir. Estaré aquí a la hora de siempre. Adiós pequeña ¡te quiero!”
Flarmy se acercó a la niña, la besó y antes de marcharse le dijo:
-Flarmy: “Gracias por este día Sara, me lo he pasado genial contigo”
-Sara: “No Flarmy, gracias a ti por confiar en mi, ¡te quiero!”
Una vez dicho esto, él salió por la ventana, aunque esta vez no se transformó en la pequeña lucecilla…
Sara al verle que salía, se asomó a la ventana y le siguió con la mirada hasta que su figura se perdió entre las nubes pues se hizo invisible en unos segundos.
Enseguida que reaccionó fue corriendo a ver a su hermana Marta, que se encontraba llorando en la cuna… Cuido de ella hasta que llegaron sus padres y no notaron nada extraño…
Así pasó la tarde hasta que rápidamente llegó la noche y Sara ya estaba impaciente por ver a su precioso ángel. Una persona que la estaba haciendo feliz y que con ella estaba cumpliendo uno de sus sueños. Solo habían pasado unas horas desde que la había dejado en la habitación, pero ya le echaba de menos. Y pensaba hablar con Flarmy, sobre ellos, temía como serían las cosas ahora, su futuro…
No sabía si sentirse triste porque pensaba que pronto todo esto terminaría como un sueño del que despiertas, o estar feliz porque tenía a su lado al ángel más maravilloso que había visto nunca, a una persona que la quería y la cuidaría siempre.
Cuando llegó la hora, Flarmy, tan puntual como siempre, entró por la ventana del cuarto de Sara, pero ella todavía no había subido a su cuarto, por eso Flarmy, que ahora era una lucecilla amarilla, decidió esconderse por si acaso pasaba alguien que no fuera Sara a la habitación.
En un par de minutos, ella ya estaba allí, entonces él decidió salir y mientras la saludaba iba transformándose…
-Flarmy: “Hola Sara. Ya estoy aquí, te estaba esperando”
-Sara: “Hola Flarmy, por fin. Lo siento me he entretenido cenando”
-Flarmy: “No pasa nada, no has tardado apenas”
Cuando Flarmy se convirtió en ángel, se acercó a Sara y lentamente la beso los labios.
-Flarmy: “Pequeña, no quiero perderte jamás, lo eres todo para mi y estaría contigo siempre, de no ser por que…” – soltó un suspiro y agachó la cabeza.

lunes, 9 de agosto de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 11



Flarmy la miró asustado y enseguida la agarró del brazo para que no se marchara, se puso frente a ella, la besó y seguidamente la dijo:
-Flarmy: “¡Sara! Por favor, no puedes irte, a mi me da igual si mi hermana no te acepta, ella no cuenta para nada, no importa lo que diga, lo único que importa es que yo te necesito y te quiero a mi lado y ahora no puedes marcharte. Por favor hazlo por mi, no te vayas y no hagas caso de los malos comentarios…”
En ese momento Jenny se levantó de la cama, con cara enfadada y los puños cerrados. Ahora se la podía ver más hermosa, sus cabellos dorados rizados colgaban dejándose caer hasta sus pechos. Era más bien delgada, resaltaban sus grandes ojos azules, al igual que Flarmy. Llevaba dos brazaletes en los brazos como su hermano. Seguramente sería un símbolo de los ángeles. Sus pechos tapados por esa especie de tela blanca parecida a la que Flarmy llevaba cruzada en su pecho, pero la de Jenny llevaba el mismo símbolo de las dos alas que su hermano tenía en su cinturón. Ahora Sara pudo contemplar que la falda blanca que llevaba era realmente corta. Llevaba también un pequeño colgante con su inicial en medio. Junto con sus alas blancas grandes y hermosas, Jenny sin duda era una chica realmente guapa, capaz de conquistar a cualquier ángel de ese reino…

Cuando salió de sus pensamientos, Sara pensó por un momento en lo que Flarmy le había dicho hace un rato y se dio cuenta que llevaba razón y que aunque su hermana Jenny estuviera algo borde con ella, a lo mejor luego serían muy amigas. Además no quería separarse de su ángel, le quería demasiado…
-Sara: “Esta bien, llevas razón, no me iré porque yo también te quiero y no voy a perderte. Pero por favor, vayámonos pronto al castillo…yo…, me siento incomoda aquí”- dijo eso último casi susurrándole al oído.
-Flarmy: “Muchas gracias Sara, te prometo que mi hermana no volverá a molestarte…”
Jenny que estaba escuchándolo todo, decidió presentarse de buenas y lentamente se acercó a Sara volando.
-Jenny: “Lo siento Sara, mi actuación ha sido estúpida. Soy Jenny, encantada, podrás venir aquí cuando quieras siempre que nos guardes este secreto…”
Sara paralizada, se sorprendió ante la nueva actitud de su hermana y enseguida reaccionó:
-Sara: “En… encantada Jenny. Yo soy Sara, y si, como ha dicho Flarmy soy una chica de la ciudad y tengo quince años. Pero tranquila, a mi todo este mundo me encanta y se guardar muy bien un secreto y más este… Además me dolería muchísimo perder a Flarmy, no quiero hacerle daño”- dijo con una sonrisa y fijando sus ojos en él.
-Jenny: “Me alegro. Yo tengo veinte años, soy más mayor, pero espero que podamos ser amigas. Adiós Sara me voy. Adiós Flarmy.”- dijo aquel ángel dirigiéndose a la puerta de la habitación como si tuviera prisa por salir de allí.
-Sara: “Adiós Jenny”
-Flarmy: “Hasta pronto hermana, luego te veo”

Jenny salió por la puerta cerrándola de un portazo y cuando ya se había ido, Flarmy decidió que era hora de irse…

-Flarmy: “Bueno, creo que es hora de ir a palacio… ¿vale pequeña?”
-Sara: “Si, mejor, vámonos”
Salieron de la casa en dirección a palacio y mientras, Flarmy hablaba con Sara sobre la actuación de Jenny.
-Flarmy: “Lo siento mucho Sara, mi hermana se ha comportado como una estúpida y seguro que te habrá molestado… Perdónala, ella no es así, pero no soporta verme con niños de la ciudad y que todo me vaya bien…”
-Sara: “Tranquilo, no pasa nada. Lo entiendo, es normal yo para ella resulto una extraña. No tengo que perdonar nada ni a ti ni a ella, eso no es nada de verdad. Pero… ¿por qué iba a desearte mal si eres su hermano?”
-Flarmy: “Eres magnifica Sara, gracias por ser así. Y bueno… la verdad que no se por qué es así pero creo que es porque me tiene envidia… No lo sé la verdad…”
-Sara: “Que raro, bueno en el fondo se la ve que no es mala, me ha sorprendido, cuando ha rectificado y se ha presentado… Ahí me he dado cuenta que es una buena chica…”
-Flarmy: “¡Buah! Es por donde le da…”
Se aproximan al castillo y poco a poco van descendiendo…
-Flarmy: “Ya hemos llegado, ven dame la mano que esto es mas grande y está repleto de ángeles”
-Sara: “Vale”- dijo Sara con una sonrisa de oreja a oreja y contemplando con los ojos como platos todo aquello.

Entraron y todo era enorme. Un montón de ángeles revoloteaban dentro del castillo, se movían rápidamente, con prisa. A la derecha había una gran estantería altísima con muchos papeles colocados por ficheros. Aquello parecía un gran despacho… El castillo tenía mucha altura y todos iban de arriba para abajo colocando papeles.
Sara boquiabierta observaba cada rincón de aquel gran palacio de cristal.
-Flarmy: “Aquí trabajan los ángeles del reino y venga vamos hacia arriba que se encuentran los reyes…”
-Sara: “Dios mío, esto es enorme… ¿Todos estos ángeles trabajan aquí?”
-Flarmy: “Si claro, y mira, a cada lado se encuentran puertas diferentes… ¿Ves que pone ahí: “Ángeles de la salud” y allí… “Ángeles de los deseos” y así sucesivamente? Pues ahí se reúnen cada grupo de ángeles… ¿Lo entiendes?”
-Sara: “¡OH! Es asombroso, ¡que gran organización!”
-Flarmy: “Si. Los reyes se encargan de que todo vaya bien”
-Sara: “Estoy deseando conocerlos, aunque tengo miedo por si me rechazan, como tu hermana Jenny…, no sé…”
-Flarmy: “¡Ey! No, estate tranquila, los reyes saben lo que tienen que hacer, no son tan estúpidos como ella… No tengas miedo yo te protegeré pequeña…”
-Sara: “Gracias Flarmy, ¡te quiero!”

Flarmy sonrió y le apretó la mano más fuerte como respuesta.
Iban ascendiendo para llegar a la sala de los reyes y enseguida se encontraban a las puertas de ella. Flarmy llamó dos veces y cuando oyó una voz que decía: “Adelante” se decidió a pasar…

-Flarmy: “Aya vamos Sara, ven dame la mano y no tengas miedo”
-Sara: “Vale, lo intentaré”

viernes, 6 de agosto de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 10


Antes de llegar tuvieron que atravesar unas cuantas nubes y después de esto ya se encontraban allí… Fue todo tan deprisa que Sara no recordaría la entrada al reino…
-Flarmy: “Ya hemos llegado pequeña… Este es el reino de todos los ángeles del cielo… ¿Qué te parece?
Ella estaba tan alucinada que necesitó unos minutos para hablar… No podía creer lo que veía… Era tan…, tan fantástico, tan irreal…, como si de un sueño se tratara… Aquel lugar era como una pequeña ciudad cubierta por las nubes y a lo lejos se situaba un gran castillo de cristal en el que los destellos del sol iluminaban sus cristales. Alrededor había miles de casas de una forma muy extraña y pequeñas. Era algo sencillo pero acogedor, tan fantástico que no podía ser real. El sol se escondía entre las nubes y de vez en cuando sus rayos alumbraban aquel pequeño reino. Era como si todo aquello estuviera flotando o se sostuviera por una capa gruesa de nube…

Después de un silencio, Sara le contesto:
-Sara: “Es…, es…, precioso, nunca creí que existiera algo así, es todo un sueño, como una película fantástica… No se como explicarlo Flarmy, pero ¡me encanta!”
-Flarmy: “Me alegro que te guste, ahora te enseñaré las partes mas importantes y pronto tendremos que regresar…”
La pequeña quería aprovechar ese momento, como si fuera lo último que viera…
Eran las diez y media de la mañana y los ángeles mas pequeños, de menor edad, salían a jugar y volaban por los alrededores.
Flarmy iba explicándole como era el castillo, quien se hallaba dentro y todos los rincones de aquella magnifica ciudad, pequeña pero acogedora y agradable.
-Flarmy: “Mira Sara, primero iremos a mi casa, te la enseñaré, te presentare a mi hermana mayor y bueno como mis padres no están, después visitaremos el castillo, donde se hallan todos los ángeles encargados de trabajar como yo, es decir, de ayudar a todos los niños de la ciudad que lo necesiten… Y además en lo mas alto del castillo – dijo señalando con el dedo – se encuentran los reyes de este reino, que también te los presentaré ¿vale?”
-Sara: “¡Vale fantástico! Y… ¿Cuál es tu casa?”
-Flarmy: “Mira, es aquella, ya estamos llegando, dame la mano y bajamos”
-Sara: “Ah vale, venga”
Llegaron a la pequeña casa del ángel y entraron…
Era algo pequeña pero acogedora, formada por un salón no muy grande, dos habitaciones, una pequeña cocina que se situaba dentro del salón y un baño… Aunque a Sara le parecía pequeña y acogedora, veía en aquel sitio algo especial, aquello tenía un aroma a húmedo, un color dulce que era lo que más le gustaba. Aunque estaban en la casa, los dos seguían aun volando por ella sin caminar ni pisar el suelo. Un suelo extraño, no como cualquier casa de la ciudad, un suelo blando, blanco, como si todo estuviera hecho de nube, claro, eso es, un suelo de algodón…
-Flarmy: “Ya se que es algo chiquitilla, pero todas las casitas del reino son así, además, la mayor parte del día la pasamos en el castillo, en la casa solo se quedan los ángeles mas pequeños o por ejemplo mi hermana que aunque sea mayor ahora no trabaja y cuida de la casa…”
-Sara: “No pasa nada Flarmy, es perfecta, tiene un olor que la hace especial, acogedora, de verdad me gusta mucho…”
-Flarmy: “Bueno, no esta mal. Ven te enseñaré mi habitación que es la misma que la de mi hermana y como seguro que esta allí te la presentaré…”
-Sara: “Vale cielo”
Sin soltarla ni un momento de la mano, él hermoso ángel llamo a una de las puertas y la abrió lentamente. Como había dicho, su hermana se encontraba allí.
Era un ángel muy bello, con unos largos cabellos de oro, una esbelta figura y unos ojos claros y brillantes. Tendría unos 19 años aproximadamente. Sus labios eran finos y carnosos, deseables para que cualquiera los besara. Se veía aburrida, coqueta y un poco creida… o eso aparentaba ser… Estaba tumbada en una de las dos camas pequeñas que había, leyendo un gran libro… vestía con apenas ropa, una falda blanca cortita de vuelo y una especie de tela de algodón y nube le tapaba la parte de los pechos, así dejaba al descubierto su cuerpo tan asombroso y esbelto…
-Flarmy: “Hola Jenny. Tenemos visita” – dijo mientras le hacía pasar a Sara y se acercaba a ella.
-Jenny: “Hola hermano. ¿Quién es esta? No parece que sea del reino y menos un ángel. ¿Quién es y por qué la has traído?”- dijo con un tono enfadado y serio.
-Flarmy: “No, no es del reino, es Sara, una chica de la ciudad y la he traído aquí para que viera el reino. Pero tranquila, ella nos guardará el secreto, lo sé, confío en ella y la quiero mucho…”
-Jenny: “¡¿Qué?! ¡¿Me estas diciendo que has traído a una niñata estúpida de la ciudad y que estas seguro que no se le va escapar nada?! Venga ya no me hagas reir… Y que para colmo… ¿estáis juntos? Esto es absurdo… puff…” – protestó con una cara de enfado y de asco mientras los miraba de arriba abajo contemplando como aun seguían agarrados de la mano y muy pegados el uno junto al otro.
-Flarmy: “¡Basta ya Jenny! Te estas comportando como una niña, deberías conocerla antes y callarte que la vas a asustar. ¿Y por qué te tienes que meter tanto en mi vida? ¿Acaso yo te reprocho con quien salgas o quien te guste? ¡No! Entonces ten un poco de respeto…”
Sara interrumpió a Flarmy y le dijo casi susurrando:
-Sara: “Flarmy, lo siento, no quiero interrumpir, yo no quiero complicaros la vida, creo que esto no está bien, debería irme, no merece la pena que discutáis por mi. No voy a molestar mas…”- dijo mientras intentaba irse soltándole la mano a su precioso ángel y dirigiéndose fuera de la habitación.

lunes, 2 de agosto de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 9



-Flarmy: “Bueno, pues ahora concéntrate bien, olvida todos los problemas y piensa solo en volar, imagínate a ti volando y como siempre cree en mi y en los ángeles. En cuanto hagas eso, te irás elevando hasta flotar… Después te enseñaré como seguir ¿vale? Venga inténtalo”
-Sara: “Vale, voy a probar…”
La niña se concentró mucho y pensó en lo que Flarmy le había dicho…, mientras cerraba los ojos… Sin darse cuenta, cuando aun tenía los ojos cerrados, ya había conseguido despegar los pies del suelo y ahora se mantenía en el aire al igual que lo hacía Flarmy.
-Flarmy: “Muy bien Sara, ahora abre los ojos…”
-Sara: “¡OH! ¡No puede ser! Estoy... ¡volando!”
-Flarmy: “Bueno todavía no, solo estas flotando. Ahora vamos a salir por la ventana, así que ven y dame la mano. ¡Ah! y se me olvidaba para ser invisible tienes que pegar dos chasquidos con los dedos uno seguido del otro, pero eso lo tendrás que hacer cuando ya estés flotando ¿vale? Ahora no hace falta que lo hagas, porque no nos verá nadie, todos duermen. ¿Lo has entendido?”
-Sara: “Si, es fácil. Creo que sabré hacerlo”
Entonces le tendió una mano a Sara para que fuera junto a él y pudieran salir por la ventana. Cuando ya estaban los dos agarrados y seguían flotando en el aire, el ángel la dijo:
-Flarmy: “¿Preparada pequeña? Venga salgamos fuera…”
-Sara: “¡Si! Preparada y lista. Vamos”
Flarmy la enseñó a volar y a ella le resultó tan divertido y fácil que hubiera querido volar por siempre. Pero las cosas no podían ser así…
-Flarmy: “¿Te gusta Sara? ¿Es esto lo que querías?”
-Sara: “Es fantástico, siempre había soñado con este momento y nunca pensé que se haría realidad. No se como agradecerte todo lo que has hecho por mi…”
-Flarmy: “Me alegro que te guste. Pero no tienes que darme las gracias cielo, ya te dije que quería ayudarte y lo sabes…”
-Sara: “Ya…, pero aun así gracias. ¡Te quiero!”
-Flarmy: “Y yo también pequeña”
Cuando Sara hubo aprendido a volar bien, Flarmy decidió que la llevaría a ver su reino por la mañana, cuando sus padres no estuvieran ya que por la noche no vería apenas nada porque los ángeles estarían descansando…
-Flarmy: “Sara… ¿te gustaría si mañana vengo por la mañana y te llevo a ver mi reino? Ya que veo que has aprendido bien a volar… ¿quieres?”
-Sara: “¡OH, Flarmy! Eso…, eso sería fantástico. Claro que me gustaría, estoy deseándolo”
-Flarmy: “Muy bien, pues mañana sobre las diez me pasaré por tu cuarto, espérame ahí ¿vale?”
-Sara: “Vale, es buena hora, mi hermana seguirá durmiendo y mis padres trabajando, así que no sospecharan que me ido”
-Flarmy: “Si, es verdad, pues eso a las diez nos vemos pequeña…”
-Sara: “De verdad Flarmy, no me lo puedo creer, te agradezco tanto todo esto… Eres lo mejor, ¡te quiero!”
-Flarmy: “De nada mi niña, yo si que te quiero. Bueno es hora de marcharme, te acompañaré a tu cuarto a darte las buenas noches ¿vale?”
-Sara: “Si, ya es tarde, está bien”
Flarmy la acompañó a la cama, luego consiguió descender y poner los pies en el suelo pensándolo y concentrándose. La arropó y se despidió de ella con un dulce beso.
-Flarmy: “Hasta mañana Sara, que descanses”
-Sara: “Adiós Flarmy”
E inmediatamente él hermoso ángel desapareció por la ventana.
La niña no tardó mucho en dormirse ya que estaba cansada después de aprender a volar. Había sido una sensación tan maravillosa, siempre había imaginado ese momento, pero hasta que no lo pruebas no sabes realmente lo que se siente. Estaba muy contenta, jamás había desprendido esa felicidad, esa sonrisa tan radiante que incluso mantenía cuando dormía. Deseaba impaciente que llegara mañana, poder volar junto con su querido ángel de la mano, sin que nadie les viera, poder conocer donde vivían los demás ángeles como él. Intentaba imaginárselo, pero no sabría cómo sería hasta que no lo viera.
A la mañana siguiente, cuando el reloj tocaba las diez, Sara todavía seguía dormida. En ese momento apareció Flarmy y al verla dormida, decidió que debía despertarla por mucha pena que le diera, pues se veía tan hermosa durmiendo plácidamente…
-Flarmy: “Sara…, Sara… Despierta tenemos que irnos ¿recuerdas? Venga pequeña.”
Lentamente la niña se fue despertando por los avisos de Flarmy y cuando abrió los ojos y le vio allí enseguida se levantó sobresaltada. No recordaba que debía irse con él.
-Sara: “¡OH! Hola Flarmy. Lo siento me he quedado dormida, perdón, no recordaba que…”
-Flarmy: “¡Shhh! No pasa nada no te preocupes pero venga vístete que nos vamos…”- dijo dándola un tierno beso.
-Sara: “Si, voy enseguida, pero no mires”- dijo riendo tímidamente y sonrojándose.
Flarmy se dio la vuelta y esperó impaciente a que Sara terminase de vestirse.
-Sara: “Ya estoy lista, me peino y nos vamos ¿vale?”
-Flarmy: “Vale, yo te espero”
Cuando ella ya estaba lista le pregunto a Flarmy:
-Sara: “Ya estoy, pero… ¿estas seguro que quieres que vea tu reino? A lo mejor los demás ángeles y la reina no están de acuerdos…, no sé…”
-Flarmy: “Que va, no pasará nada de verdad y claro que quiero que vengas, quiero que conozcas mi mundo… Tranquila, estas conmigo…”
-Sara: “Bueno, como veas…”
Una vez listos, se cogieron de la mano y los dos salieron por la ventana, en dirección a lo más alto del cielo, detrás de las blancas nubes de algodón dejando atrás la ciudad. Sara no soltó ni un momento la mano de Flarmy, desde arriba tenían unas vistas preciosas y ella iba cada vez mas sorprendida…
-Sara: “¡OH Flarmy! Esto es fantástico, desde aquí se ve todo tan pequeño. Me encanta poder volar y mas si es a tu lado… ¡Te adoro!”
-Flarmy: “Ahora te parece todo sorprendente pero espérate a que lleguemos a mi reino, seguro que te gustará… Yo también me alegro mucho que estés junto a mi…, no se que haría sin ti”
Sara no contesto pero le lanzó una sonrisa y una mirada tierna y Flarmy lo tomó como respuesta.