miércoles, 30 de junio de 2010

"EL REINO DE LAS HADAS" epilogo (fin)


Me acerqué a un espejo y mientras Celeste pronunciaba unas palabras raras, movía su varita alrededor de mí que desprendía unos polvos dorados…
¡Cuando me miré tenía un vestido de novia puesto! No puedo creerlo ¡es como en las películas!
-Celeste: “¿Te gusta ese?”
-Ana: “Mm… no mucho, a ver, ¿puedo probarme mas?”
-Celeste: “Claro que si Ana”
Estuvimos toda la mañana así probándome vestidos blancos con una gran cola y con los zapatos. Hasta que hubo uno que me encanto, sencillo, blanco, resplandeciente y los zapatitos de cristal transparentes…
-Celeste: “¡Estas preciosa Ana! ¡Nunca había visto una novia tan guapa!”
-Ana: “Gracias por todo Celeste”
Cuando se acercaba la hora, Celeste y sus padres se preparaban y yo pensaba en mi familia, en el príncipe, en mi futuro, en el paso que iba a dar. Estaba tan nerviosa…
-Celeste: “Venga, vámonos, ya el príncipe estará esperando y estamos listas así que venga, coge tu ramo, quítate esos nervios y vámonos…”
De camino al lugar donde se celebraba la boda, Celeste me contaba cosas para que me calmara y yo pensaba en mi futuro, en mi vida junto al príncipe… Si todo esto tendrá un final feliz, o acabará rompiéndose como en mis sueños. Por un lado, estoy feliz, pero por otro… el pensar que pasará ahora, me atormenta… Bueno, dejaré de preocuparme por eso y disfrutar este gran momento, de este paso tan importante en mi vida que voy a dar…
Por fin llegamos, todo esta precioso decorado, un montón de hadas me esperan y a lo lejos esta el príncipe como siempre guapísimo…
El padre de Celeste me acompaña hasta el altar. Celeste me dio ánimos y mucha suerte. Cuando llegué al altar, el príncipe me esperaba y se quedo asombrado al verme… y yo también.
La boda continuaba perfectamente, los dos nos dimos el “si quiero”.
El final de mi gran boda terminó con un gran beso y unas palabras del príncipe:
-Alexander: “Ana ¡te quiero! Ahora viviremos juntos para siempre y nunca me alejaré de ti… Gracias por estar aquí conmigo y gracias por regalarme todo tu cariño… A partir de ahora eres la princesa de todo este gran reino y en un futuro seremos los reyes…”
-Ana: “Alexander, gracias a ti por elegirme tu esposa, por esperarme tanto tiempo a que tomara una decisión, por aceptarme tal y como soy… Ahora voy a ser feliz a tu lado, me da igual que vaya a ser princesa o reina, eso no me importa. ¡Lo único que me importa eres tu! Estoy preparada cariño…”
Entonces el príncipe cogió una corona de margaritas y me la coloco sobre la cabeza mientras decía en alto:
-Alexander: “A partir de este momento, la nueva princesa del reino es… ¡Ana!”
Toda la gente aplaudía, sonreía y yo seguía asombrada pero muy contenta… El príncipe me cogió de las manos y me susurró al oído:
-Alexander: “Estate tranquila, yo te ayudaré con todo lo que pueda, ahora este camino lo andaremos juntos. No temas por nada…”
Y finalmente me beso despacio… Ese fue el final de la boda…
Una boda que nunca pensé que sería así…
Y así fue como ice mi vida al lado del príncipe…, visitaba a Celeste y sus padres, ice nuevas amigas, supe llevar bien con ayuda de Alexander el reino…y me acostumbre a que todos me llamaran princesa Ana…
Los días de luna llena salía al exterior a visitar a mi familia…
Se acostumbraron a verme de vez en cuando, les explique todo mejor, les conté mi boda y que era princesa y supieron entenderlo.
Incluso un día que la luna no estaba llena y tenía mi forma de hada aunque saliera al exterior, me acompañó Alexander a ver a mis padres. Fuimos a mi casa, mi familia vio mi forma de hada y les presente al que era ya mi marido, el príncipe… Mis hermanas se quedaban asombradas al igual que mis padres…
Pero con el paso del tiempo aquellas visitas se convirtieron en algo habitual y mis padres se acostumbraron a verme a veces como un hada…
Mas tarde nos convertimos en reyes: el rey Alexander y la reina Ana.
Mi vida era preciosa al lado de Alexander, lo que siempre había soñado, estar al lado de una persona que me quisiera como soy…, aunque esta vez era un hada…
Y al final fuimos los dos muy felices y nos quisimos el resto de la vida…

FIN

lunes, 28 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS capitulo 7

Antes de acostarme pensé en mi familia, si mis padres habían leído ya mi carta, si estarían buscándome o solamente estarían tristes… Si pudiera ver sus caras en este momento… De repente tuve una idea…
Como creo que hoy la luna esta creciente saldré de aquí cuando todos estén dormidos… Iré a casa y por algún hueco veré a mis padres sin que me vean…
Cuando ya todos dormían, con mucho cuidado para que nadie se despertara, salí de casa de Celeste hasta llegar a la entrada del reino…
Una vez fuera del árbol, comprobé la forma de la luna. Esta creciente, no hay peligro. Volé lo más deprisa que pude hasta casa y una vez allí por la esquina de una ventana que daba al salón, me asomé y allí estaban mis padres y mis hermanas, sentadas en el sofá, leyendo la carta, asombrados y sin creerse lo que estaba pasando… Mientras la leen, mi madre llora de impotencia y haciéndose mil preguntas…
-Madre: “¡No! Pero, ¿Por qué? ¿Qué la hemos hecho para que prefiera ese mundo de fantasías que ni siquiera sabemos si existe? Tenemos que buscarla, es mi hija… Por favor…”
Está tan desesperada que haría cualquier cosa por encontrarme. Me entristezco al verla así llorando y con los nervios por las nubes. Pero mi padre, aunque también esta asombrado y preocupado, tiene la cabeza más sentada y sabe lo que tiene que hacer… Entonces, tranquiliza a mi madre e inmediatamente le para sus deseos de salir a buscarme.
-Padre: “Tranquilízate mujer, la niña es lo que ha elegido, ahora es feliz, ya se habrá casado. Créeme, si revuelves la ciudad buscándola, ella eso no le gustará y la decepcionarías. Hazme caso es lo mejor.”
Es increíble, no pensaba que mi padre pudiera entenderme antes que mi madre… Gracias a el mamá se tranquilizó y no salió a buscarme…
Decidí irme porque ya estaban más relajados.
-“Pronto iré a verlos y les explicaré todo” – pensé.
De vuelta al reino, recordé la cara de asombro de mis padres…
-“¿Qué pensaran de mi? ¿Qué soy una mala hija por haberme ido de casa?...” – me pregunté.
No sé tendré la respuesta cuando vuelva a verlos. Llego al reino y de nuevo con cuidado vuelvo a casa para dormirme… Nadie se enterará que he salido…, no tendré que dar explicaciones… Mañana me casaré con el príncipe, será una boda muy especial y comenzaré mi vida de hada…
Espero que esta vida que empiezo sea tan bonita como la de mis sueños y mi imaginación. Al lado de una persona que me quiere, en un mundo lleno de fantasías y con amigos como Celeste… ¿Qué mas puedo pedir?
Seré princesa sí, pero a mi eso no me importa, no es una de las cosas que mas valoro…
Pensando en todo esto acabé dormida…
A la mañana siguiente me despertó Celeste a voces saltando encima de mi cama…
-Celeste: “¡Ana! ¡Venga, arriba dormilona que hoy celebramos tu boda! ¡Venga despierta que el príncipe quedó en pasar a verte por la mañana!
Además tenemos muchas cosas que hacer, preparar tu vestido…, buscar el ramo, el velo… Puff..., demasiadas cosas… Ya sé, lo haremos todo con un poquito de magia y así también nos divertiremos un rato… ¡Venga, levanta Ana!”
-Ana: “Puff… Celeste, tengo unos nervios, no me puedo creer que la boda que siempre había soñado, por fin se vaya a cumplir…
Celeste…, quiero un gran vestido precioso, un ramo lleno de rosas rojas y un velo muy muy largo… ¿podrás intentar hacerlo?”
-Celeste: “Pues claro que si Ana, mira creo que es hora de sacar del armario mi varita mágica que nunca he usado, me la regaló mi madre… Así que con eso lo tenemos todo arreglado y las rosas luego mando a mi madre a por ellas…
El lugar donde será la boda yo ya se cual es, ahora después vendrá el príncipe y te lo enseñará, pero los preparativos del sitio ya los manda el hacer, así que no te preocupes por nada mas, ¿vale?”
-Ana: “Muy bien, dios mío ¿y todo lo vamos a hacer con tu varita mágica? Esto es increíble…no me lo creo…”
-Celeste: “Si Ana, tu déjalo en mis manos y relájate, que tienes que tener unos nervios…”
En ese momento llegó el príncipe…
-Alexander: “¡Hola Celeste! ¡Hola Ana!”
-Celeste: “¡Hola príncipe!”
-Ana: “¡Hola cariño, por fin estas aquí!”
-Alexander: “Si, vengo a enseñarte el lugar donde nos casaremos ¿te parece?”
-Ana: “¡Si claro, estaba esperándote!”
-Celeste: “No lleguéis muy tarde por favor”
-Alexander: “Tranquila, solo es un momento…”
-Ana: “Si, Celeste, además tenemos que preparar muchas cosas. Enseguida venimos. ¡Adiós!”
-Alexander: “Hasta luego Celeste”
Íbamos los dos de camino a ese lugar y antes de llegar Alexander me dijo que cerrara los ojos, que era una sorpresa.
-Alexander: “Ya, los puedes abrir”
-Ana: “¡Dios mío! ¡Esto es precioso! No puedo creer lo que veo… ¡es el mismo lugar que salía en mis sueños!”
Es un sitio precioso, una zona situada en el bosque, porque estaba en el exterior, una pradera enorme, cubierta de flores, al fondo montañas, los pájaros cantaban, las mariposas se posaban en las flores y algunas hadas volaban y jugaban libremente… Y a lo lejos se veía un gran castillo.
-Alexander: “¿Te gusta Ana? Aquí nos casaremos ¿quieres? No he encontrado un sitio mejor…”
-Ana: “Pero… ¡Alexander! ¡Si es precioso! No he visto un lugar mejor en mi vida ¡me encanta! Pero… ¿Qué sitio es este? ¿Está fuera o dentro del reino?”
-Alexander: “Me alegro que te guste. Pues no, este sitio esta casi a las afueras del bosque, pero claro, bien escondido, porque si no los humanos lo descubrirían, además ten en cuenta que nosotros tenemos tamaños mas pequeños por eso, esto, aunque te parezca enorme, es diminuto para un humano… ¿lo entiendes?”
-Ana: “Si, creo que si, es todo tan perfecto, fantástico, no me puedo creer que vayamos a casarnos a estar juntos para siempre por fin… ¡Te quiero!”
-Alexander: “Yo también te quiero Ana, siempre estaremos juntos cariño…”
Estuvimos un rato sentados a la sombra de una amapola, contemplando aquel lugar tan precioso y tranquilo… Después nos fuimos a casa de Celeste, me acompañaó hasta allí y Alexander se fue a palacio para seguir con los preparativos.
-Alexander: “Bueno cariño te dejo aquí en la puerta, yo me tengo que marchar. Te veré esta tarde en la boda. Adiós ¡te quiero!”
-Ana: “Muy bien, ¡adiós principe!”
Cuando entré en casa de Celeste, ella ya estaba preparando todo… Tenía mi ramo de flores encima de la mesa… Era precioso, con rosas rojas y blancas…
-Celeste: “Menos mal que estas aquí Ana, ya es tarde y tengo que hacer tu vestido. Venga ven que vamos a probarte unos cuantos… A ver que hace esta varita…”
-Ana: “Si, ya estoy aquí… Pero, ¿pretendes que la varita me haga el vestido?”
-Celeste: “Tu déjame a mi y verás”

sábado, 26 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS capitulo 6


No se si se lo creerán, espero que me comprendan y no me busquen… pero tenía que contárselo…, son mis padres…
Guardé la carta en un cajón de mi escritorio…, luego la dejaría a la vista de mis padres antes de irme por la tarde…
Después estuve a solas en mi habitación, despidiéndome de todo, de todas mis cosas, con la esperanza de volver algún día…
Estuve otro rato con mis dos hermanas mayores, me río mucho con ellas… tienen cada tontería…, las voy a echar de menos…
Al caer la tarde deje la carta en el salón y me despedí de mi familia:
-Ana: “Adiós papá. Te quiero mucho, eres un buen padre. Cuida de mis hermanas y de mama….
Mama… Adiós… te quiero. Espero volver pronto”
Mis padres no entendían nada, pero se creyeron que eran tonterías mías, que estaba de broma y que necesitaba mimos y se lo tomaron como un “Adiós hasta la noche”
Por un lado me vino mejor, pero solo de pensar lo que sufrirían cuando ya no estuviera sentía pena de dejarlos así… Pero ya está decidido, me voy, no me voy a echar atrás… Pensaba en el príncipe y seguía adelante con mi decisión.
Salí de casa corriendo hacía el bosque… Recordando el sueño que tuve esa noche que se me acababa de venir a la cabeza… Soñé con Alexander, con nuestra boda, con que éramos felices y que todo era como un cuento de hadas… Espero que mi sueño se haga realidad.
Llegué al sitio de siempre y allí estaba Celeste… ¡pero también estaba Alexander!
-Ana: “Hola Celeste, hola Alexander, he venido lo mas rápido que he podido…”
-Alexander: “Hola Ana, que ganas tenía de verte…”
-Celeste: “Hola Ana, me alegro de que estés aquí…”
-Ana: “Haber, necesito hablar con los dos… Celeste tienes que ayudarme y hacerme un favor…”
-Celeste: “Si, dime Ana, yo te ayudo si puedo.”
-Ana: “Veréis ya he tomado una decisión, me he retrasado un poco porque estaba despidiéndome para siempre de mi familia… Alexander…Celeste…, quiero convertirme en un hada para siempre y para ello necesito que me ayudes Celeste…, me dijiste que podías hacerlo, por favor hazlo… Y dime si podré volver alguna vez a mi forma de humana, para ver a mi familia aunque sea por un día…”
-Alexander: “¡Ana! No me puedo creer que hayas tomado esa decisión, te quiero cariño, nunca me separaré de ti… Celeste, ¿eres capaz de hacerlo? Di que si por favor…”
-Celeste: “Ana, haber, lo primero, me alegro que hayas tomado esa decisión y espero que estés segura de ello. Te explico: yo puedo convertirte en hada para siempre, pero hay una excepción que podrás aprovechar… En las noches de luna llena si sales al exterior volverás a tu forma de humana, sin embargo, si lo haces en noches donde la luna no esté llena, seguirás siendo un hada, no te afectará… Así podrás ver a tu familia y quedarte aquí en la ciudad solo los días que la luna se mantenga llena… Y otra cosa: si cuando se produzca el cambio de luna todavía no has vuelto a tu forma de hada te quedarás como humana para siempre. Por eso aprovecha el día que la luna esté llena por completo y ni se te ocurra llegar por la noche, vente antes, por la tarde, ¿vale? ¿Lo has entendido?”
-Ana: “Si, es sencillo, muchas gracias Celeste, seguiré tus avisos.”
-Celeste: “¿Preparada para tu cambio?”
-Ana: “Si, creo que si”
Tuvimos que irnos cerca de un lago que había allí, para que con el reflejo de la luna y conmigo, Celeste pudiera realizar mi transformación por completo. Me pidió que me metiera en el agua y me pusiera cerca o encima del reflejo de la luna que esta vez estaba creciente… Cuando ya estaba colocada, Celeste se puso sobre mí… En un momento miré a Alexander que se encontraba en frente mía, con una sonrisa y diciéndome que todo iba a salir bien. Celeste comenzó a derramar una mezcla de polvitos mágicos que hicieron que mi transformación fuera más fuerte y larga…, pero creo que fue también la fuerza de la luna.
Mientras poco a poco perdía mi forma de humana, iba perdiendo mis fuerzas hasta que cuando me había convertido en un hada quedé inconsciente y fui cayendo poco a poco desplomada, pero Alexander enseguida voló deprisa y me salvo para que no cayera al agua… Yo seguía inconsciente en los brazos de Alexander. Según me contó luego Celeste, él estaba preocupado de que no despertara y no se separaba de mí ni un momento… Me llevaron los dos deprisa a casa de Celeste y me tumbaron en una cama hasta que despertara… Cuando abrí los ojos todos estaban a mi lado rodeándome, Alexander me cogía la mano, Celeste me tocaba la frente y sus padres me traían un vaso de agua…
En seguida, sin recordar nada apenas, le pregunté a Celeste.
-Ana: “¿Por fin soy un hada para siempre? ¿Qué me ha pasado?”
-Celeste: “Si, ya eres un hada de verdad y solamente te has desmayado debido a la fuerza de la transformación…”
-Alexander: “¿Estas bien Ana? Me has asustado, pensé que iba a perderte… Por fin podremos estar juntos”
-Ana: “Si cariño, ya estoy mejor. Alexander, quiero casarme contigo, cuando quieras será nuestra boda… Te amo y ahora que soy un hada de verdad no me separaré nunca de ti…”
-Alexander: “¡Ana! Me alegro muchísimo que digas eso, yo también te quiero y mira, mañana mismo por la tarde será nuestra boda, no hay tiempo que perder y después viviremos juntos y felices para siempre… “
-Ana: “De acuerdo, mañana nos casamos, hay que anunciarlo por todo el reino… Vamos quiero acompañarte…”
Decidida, intente levantarme deprisa de la cama en la que estaba tumbada, pero todavía no me encontraba con fuerzas suficientes…
-Alexander: “Ana, tranquila, descansa, todavía no estas recuperada del todo…”
-Ana: “No, yo quiero ir contigo, si, si puedo, estoy bien…”
Hice un último esfuerzo y por fin me levante aunque tuve que apoyar mi brazo en el hombro de Alexander.
-Ana: “Ya estoy, vámonos, enseguida venimos Celeste… Y por cierto, no se como agradecerte todo lo que has hecho por mi… Muchas gracias.”
-Celeste: “No me las des, necesitabas mi ayuda y somos amigas, ahora ve a anunciar tu matrimonio y luego vienes aquí y descansas un poco que todavía estas muy débil… Me alegro que te vayas a casar con el príncipe… Adiós Ana.”
-Ana: “Gracias Celeste. Hasta ahora”
-Alexander: “Ahora venimos, cuidaré de ella Celeste. Adiós.”
-Celeste: “Si por favor, cuida de ella está débil… Adiós que se dé bien.”
Alexander y yo nos íbamos a recorrer todo el reino pregonando que nos casábamos mañana. Estaba tan feliz, recordaba en algunos momentos mis sueños de ser un hada y la verdad, eran igual a lo que está pasando ahora… No me puedo creer que esto me este sucediendo a mi…
Mientras Alexander voceaba por el reino que nos casábamos mañana, algunas de las hadas mas envidiosas que no fueron capaces de conseguir el puesto de princesa, se quedaban boquiabiertas y me miraban de arriba abajo con cara de asco… No puedo creer como puede haber hadas tan malas como esas… que solo desean el mal a las que son mejor que ellas…
Cuando habíamos terminado, el príncipe y yo fuimos a casa de Celeste, para que yo pudiera descansar un poco ya que todavía me faltaban las fuerzas…
-Celeste: “¡Hola! ¿Qué tal os ha ido? ¿Bien?”
-Alexander: “Si, creo que ya todo el reino se ha enterado de nuestra boda.”
-Ana: “Si, ¡nos hemos recorrido todos los sitios! ¡Esto es enorme!”
-Celeste: “Muy bien… Bueno ya es tarde y creo que Ana debería descansar un poco, que mañana es un gran día y necesitas energías, ¿verdad Ana?”
-Ana: “Si, llevas razón, estoy cansada, me acostaré pronto…”
-Alexander: “Si, eso, duerme y recupérate que sigues algo débil y mañana por la mañana vendré a verte antes de prepararnos para el casamiento de por la tarde… Bueno, me voy. Hasta mañana Celeste. Adiós Ana, te quiero cariño…”
-Celeste: “¡Adiós príncipe!”
-Ana: “Adiós Alexander, hasta mañana, yo también te quiero…”
Me dio un beso y se marchó.

viernes, 25 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS capitulo 5

Llegamos a aquel lugar con unas vistas preciosas, se veía todo el bosque desde lo alto y el sol entre dos montañas… Nos sentamos y el no deja de abrazarme…
-Alexander: “Ana, quiero decirte algo…, no se si tu querrás pero te lo diré…”
-Ana: “Dime príncipe”
-Alexander: “Pues haber…, en estos dos días que te he conocido, he sabido lo que es enamorarse… y no se si habrás oído que busco esposa… Se que es muy precipitado y ha pasado todo muy rápido, pero… Ana, ¿te quieres casar conmigo? No quiero agobiarte tomate el tiempo que quieras ¿vale?”
-Ana: “¡Alexander! Pero… es una decisión importante y… si, yo quiero estar contigo, pero…es que… hay un problema…”
-Alexander: “¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema? ¿Te he hecho algo? Por favor si te sientes mal por algo dímelo Ana.”
-Ana: “No, tranquilo, no es nada de eso, es… puff…, prométeme que me guardaras el secreto…, solo lo sabe Celeste… Y por favor, pase lo que pase, prométeme que me seguirás queriendo, que nunca dejarás de amarme…”
-Alexander: “Ana, me estas asustando… Haber ¿Qué nos va impedir que dejemos de querernos…? Pase lo que pase seguiremos juntos te lo prometo…”
-Ana: “Pues veras… Alexander, yo no soy un hada de verdad…, yo no vivo en otro reino de hadas…”
-Alexander: “No te entiendo… ¿Qué eres si no?”
-Ana: “Pues en realidad soy una humana, pero todas las tardes me encuentro con Celeste en el bosque y me transforma en esto, en un hada… y vengo a visitarte porque te quiero y porque me encanta vuestro mundo… Y…puff…, en la ciudad tengo mi casa, mi familia…, no se que hacer Alexander, podría convertirme en un hada para siempre y así seriamos felices…, pero… ¿y mi familia? No se…”
-Alexander: “Mm… me has dejado sin palabras Ana… ¿Cómo puedes ser una humana? Todos los humanos sois muy peligrosos y sin embargo tú…, tú no eres así…
No sé Ana, esa ya es tu decisión, pero por favor piénsate también mi propuesta de matrimonio… Y escúchame, estate tranquila, porque yo no voy a dejar de quererte porque seas una humana, pero espero que no dejes de venir aquí todas las tardes, por favor…”
-Ana: “Pero… ¿de verdad no te asustas por ser lo que soy? No puedo creerlo, me haces más feliz… Alexander si de verdad aceptas que soy una humana estoy dispuesta a casarme contigo…, no me importa nada, incluso dejaría de ser lo que soy para estar contigo…”
-Alexander: “Claro que no me importa Ana, entonces… ¿te casarás conmigo? Pero…, escucha, si tu quieres seguir siendo humana no quiero que por mi culpa dejes de serlo…, esa decisión es tuya ¿vale?”
-Ana: “¡Si! Me casaré contigo, te quiero Alexander y estar contigo todas las tardes me hace muy feliz… Pero de momento deja que pasen un tiempo antes de nuestra boda… Necesito pensar por favor…
Creo que esta anocheciendo, debo irme príncipe, tengo que salir al exterior y volver a transformarme en humana cuando la luz de la luna me alumbre… Venga vámonos por favor”
-Alexander: “Puff… todavía no puedo creerlo, Ana, déjame que te acompañe al exterior quiero ver como eres en realidad…”
-Ana: “¿Estas seguro principe? No sé si será lo mejor…”
-Alexander: “Si por favor déjame…”
-Ana: “Esta bien, vamos a por Celeste”
Nos fuimos a casa de Celeste, yo estaba feliz porque por fin le había confesado lo que soy y no le importaba… Ahora ya si que no me importa casarme con el, ni si quiera dejar mi cuerpo de humana por el de un hada…
Le informe a Celeste que el príncipe conocía nuestro secreto y quería venirse al bosque…
Cuando llegamos al exterior, Alexander tenía cara de preocupación o de impaciencia porque quería ver mi forma de humana. Antes de que la luna me alumbrara, me despedí de el…
-Ana: “Bueno Alexander, creo que es hora de marcharme, mañana vendré de nuevo a verte. Por favor no te asustes ahora cuando cambie de forma… Te quiero cariño y si te pierdo mi alma se consumirá poco a poco… Por favor abrázame… ¡te quiero!”
-Alexander: “Ana, estate tranquila yo siempre te voy a querer, te esperaré lo que haga falta con tal de verte cada tarde y la decisión de casarnos…, tomate tu tiempo, no voy a presionarte ¿vale? No te preocupes ya he visto a mas humanos y no me voy a asustar por verte porque aun así debes de ser preciosa. Ven abrázame amor…”
Estuvimos un rato abrazados y después nos despedimos con un gran beso…
Cuando sus labios se separaron de los míos, la luz de la luna ya rozaba mi cuerpo y en unos segundos mi forma de hada desapareció…
Cuando ya era humana le miré y noté como intentaba disimular su cara de asombro, pero a la misma vez sonreía. Se acerca a mi oído y muy bajito me dice:
-Alexander: “Eres preciosa Ana, incluso siendo humana. ¡Te quiero! Hasta mañana”
Mientras se alejaba sentía tristeza y mis lágrimas querían salir y resbalar por mis mejillas, pero no las dejé, solté un suspiro y me dirigí a Celeste:
-Ana: “Bueno Celeste, gracias por todo, mañana volveré a venir… Necesito unos días mas para pensar si me cansaré con el príncipe…”
-Celeste: “Muy bien piénsatelo y mañana te vuelvo a ver aquí a la misma hora de siempre ¿vale? Adiós Ana, hasta mañana”
-Ana: “Si, lo pensaré mejor. Adiós Celeste”
De vuelta a casa, seguía recordando la cara de asombro de Alexander, sus palabras y sus besos y cada minuto que pasaba pensaba en su propuesta de casamiento y mis dudas…, mi familia, etc.
Por fin llegué a casa, saludé a mi madre, cene deprisa y me subí a mi cuarto… Así pasaban todos los días y las tardes. Durante dos semanas seguí visitando aquel mundo de hadas…
Después de un tiempo, una mañana me levanté pensando en dejar este mundo y ser un hada para siempre… Ya han pasado dos semanas y mis ideas están mas claras… Quiero casarme con el príncipe y ser un hada para siempre… Tendré que despedirme de mi familia, pero espero poder volver a verlos algún día…
Pero… ¿Qué hago? ¿Qué les cuento a mis padres? ¿Les digo la verdad? No, no se lo creerían…
Puff… creo que no hay otra solución se lo contaré pero en una carta…, porque en persona me dirían que todo son sueños míos…
Así que decidida con mi elección me dispuse a escribir la carta nada más levantarme:

“Queridos papas:
Siento no haberos contado esto en persona y tener que escribirlo aquí…, pero es que no me atrevía, porque es una locura y un sueño que nunca pensé que se haría realidad.
Hace unas semanas, encontré algo que me llamo la atención, no sabía realmente que era hasta que vi que era un hada. La seguí sin pensar lo que podía suceder. Al rato me di cuenta que estaba en un mundo que solo había existido en mi imaginación, muy distinto a todo esto… Pero poco a poco vi que todo era real y que me había transformado en un hada preciosa.
No sé como paso, pero al verlo me enamoré. Os preguntareis de quien. Era el príncipe de las hadas, que siempre había existido en mi imaginación, y ahí estaba tal y como lo había soñado.
Todos los días me escapaba solo para verle, hasta que vi que me era imposible separarme de el. Sé que solo tengo 17 años y tal vez penséis que todo esto es una fantasía mía, pero no lo es… No se como explicarlo porque lo que a mi me pasa solo se puede sentir. Lo siento, pero ahora manda mi corazón en mi y he decidido que me convertiré en un hada y me casaré con el, porque me quiere... y mama siempre me dice que los sueños hay que cumplirlos y seguirlos hasta el final, y este no lo voy a dejar escapar…
Así que he decidido que me voy al mundo de las hadas para siempre, aunque vendré a veros de vez en cuando…
Perdonarme pos esto y creerme, es verdad.
Os quiero, gracias por todo.”

ANA

martes, 22 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS capitulo 4

Empiezo a caminar por el sendero que lleva de camino a casa. Y triste pero a la vez alegre voy pensando en toda mi tarde en ese gran mundo. Ha sido una experiencia única, iré todas las tardes sin que nadie me descubra…
Por fin llego a casa. Mama me acobarda a preguntas sobre mi retraso… Inventándome una excusa subo a mi cuarto, me encierro y sin cenar me tumbo en la cama a pensar una idea sobre lo de esa tarde…
-Ana: “¿Qué puedo hacer? ¿Ir cada tarde al mundo de las hadas y convertirme en una de ellas como si fuera una rutina habitual? ¿Dejar de ir para siempre y olvidarme de Alexander? ¿Decirle a Alexander lo que realmente soy? ¿O ocultárselo para siempre? O…, que otra opción… ¡ah si!... ¿O convertirme para siempre en un hada, casarme con el príncipe y ser feliz? Puff… ¿y olvidar a mi familia? No se que hacer, son tantas preguntas sin respuesta. De repente una idea se me pasa por la cabeza… Deseo con todas mis fuerzas aquel mundo y estar junto a Alexander y estoy dispuesta a todo por conseguir eso… A todo…, pero… ¿hasta renunciar a mi familia por aquello? No sé…, es una decisión arriesgada, tengo que pensarlo mejor… Dejaré que pase un tiempo. De momento iré todas las tardes al bosque a transformarme en hada, a encontrarme con el príncipe y estar junto a el. Con el tiempo pensaré lo que hacer…
A la tarde siguiente vuelvo a escaparme de casa para volver al bosque y encontrarme con Celeste a la hora acordada…
-Ana: “¡Mamá! No me esperes hasta la noche que voy a salir…”
-Madre: “Esta bien hija, ten cuidado y no vengas muy tarde.”
Cierro la puerta y me hecho a correr de las ganas que tengo de llegar… Sin apenas darme cuenta ya estaba llegando al punto de encuentro donde me esperaba Celeste. Me paro ante ella casi sin aliento…
-Ana: “¡Hola Celeste! He venido tan corriendo como he podido, tenía ganas de verte y de ver al príncipe…”
-Celeste: “Tranquila, tenemos toda la tarde, venga, ¿preparada para volar? Adelante, dejaré caer los polvos mágicos y volarás hasta que lleguemos al árbol y después te convertirás en el hada que fuiste ayer, ¿vale?”
-Ana: “¡Si, si venga!”
Celeste dejo caer los polvos y comencé a volar. De camino al reino de las hadas me contaba la idea que se le había ocurrido…, una solución a mi problema.
-Celeste: “Ana, he estado pensando esta noche y lo que podrías hacer es si te gusta tanto esto yo puedo transformarte en un hada para siempre y estarás con Alexander y seréis felices…”
-Ana: “Ya Celeste, yo también he pensado eso, pero… ¿y mi familia? Es que aquí tengo mi vida… No sé, ya lo pensaré en estos días, no quiero preocupaciones esta tarde, voy a disfrutar del momento y ya veremos que decido…”
Llegamos a la abertura del árbol e inmediatamente me transforma en un hada preciosa… Decidimos las dos ir a casa de Celeste para ver a sus padres, a su hermana y a arreglarme, ponerme guapa para ver al príncipe.
-Celeste: “¡Venga, deprisa ven por aquí! Voy a ponerte guapa…”
-Ana: “Muchas gracias”
-Celeste: “A ver mira te voy a dejar este vestido, ahora te hago este pinado y estas pinturas y… ¡tachan! ¡Un hada preciosa!”
Es verdad me veo fantástica, espero pasarlo bien con Alexander…
-Celeste: “¡Venga ven que te acompaño hacia palacio!”
-Ana: “Gracias Celeste. Venga vamos.”
En nuestro recorrido hasta palacio todas las hadas me miraban asombradas:
-“¡Que guapa! ¡Mira que vestido! ¿Quién es? ¿Es la nueva? ¡Y va a palacio!”
Todas sentían envidia porque iba a ver al príncipe…
Cuando llegamos allí estaba el esperándome, se quedó asombrado al verme… Enseguida que estaba enfrente suya, Celeste decidió no molestarnos y se fue.
-Celeste: “Yo me voy, Alexander luego la acercas a mi casa como ayer ¿vale?”
-Alexander: “Muchas gracias Celeste, si tranquila, luego te la acerco. Adiós”
-Ana: “Gracias. Adiós Celeste.”
Cuando ella se fue, enseguida Alexander me miro fijamente a los ojos y me susurró al oído:
-Alexander: “¡Estas preciosa Ana! Eres tan bella… Te quiero, quiero estar contigo.
Enseguida se acerca a mí y me besa durante un largo tiempo…
-Ana: “Alexander, yo te quiero pero… ¿puedo preguntarte algo?”
-Alexander: “Si, dime preciosa”
-Ana: “¿Tu de verdad me quieres? ¿Me quieres sea como sea? ¿Tenga los secretos que tenga? ¿Y aunque sea diferente?”
-Alexander: “Pero… ¿Por qué me preguntas eso? Pues claro que si Ana, te quiero como seas y además, ¿Por qué dices que eres diferente si eres el hada mas maravillosa del reino?”
-Ana: “Nada, nada, cosas mías… Vámonos anda”
El príncipe me llevo a uno de los sitios más bonitos del reino y yo por el camino iba pensando si contarle a Alexander mi secreto o mejor callarme y que se crea que soy un hada de verdad. Intento olvidarme de los problemas y disfrutar junto al príncipe.

sábado, 19 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS capitulo 3

Llegamos a donde está el príncipe.
-Celeste: “Hola príncipe Alexander, vengo a presentarte a una nueva hada, que acaba de llegar al reino y creo que quiere conocerte”
-Alexander: “Hola Celeste…, muy bien. ¿Cómo te llamas pequeña?
-Ana: “Hola príncipe Alexander, me llamo Ana y no soy de este reino pero todas las tardes vendré aquí, me gusta todo esto y quiero explorarlo…”
-Alexander: “Encantado Ana, bienvenida al reino, espero que te guste todo esto, aunque todavía te queda mucho por ver… Celeste, por favor ¿me permites que la enseñe el resto del reino?”
-Celeste: “Claro, mejor, tu te conoces muy bien todos los rincones, estará mejor contigo. Luego llévala a mi casa por favor.”
-Alexander: “Tranquila, eso haré. Gracias.”
-Ana: “Adiós Celeste, hasta pronto, gracias por todo.”
-Celeste: “Adiós Ana, diviértete”
Siento en el cuerpo un pequeño cosquilleo cada vez que me mira, el príncipe es tan guapo… y sus ojos, sus ojos son hipnotizantes…, quiero conocerle bien.
-Alexander: “Bueno Ana, ¿y cuantos años tienes?”
-Ana: “Pues tengo dieci… emm… cincuenta perdón…”
Recordé el aviso de Celeste e inmediatamente corregí mi error.
-Alexander: “Con que 50…, eres muy joven…, bueno yo tengo 51, acabo de cumplirlos… ¿y como te sientes en este reino? ¿Te gusta?
-Ana: “Si, es precioso, me quedo asombrada, me gustaría quedarme, pero tengo mi familia…”
-Alexander: “Ya, lo entiendo, podrás venir aquí cuando quieras”
-Ana: “Ya, lo sé, muchas gracias, eres muy amable y simpático”
-Alexander: “Y tu eres muy guapa y tienes unos ojos preciosos… Me encanta tu sonrisa y tu forma de ser…”
-Ana: “Gracias príncipe”
Mientras hablamos me va enseñando las partes más preciosas del reino y me cuenta muchas historias y anécdotas suyas…Cada vez me siento mas a gusto con él y cuando le miro me entra un escalofrío por el cuerpo…
Pasamos la tarde juntos y creo que me estoy enamorando. No sé…, empiezo a sentirme bien a su lado y no quiero separarme de el… Cuando empieza a anochecer y ya vamos de camino a casa de Celeste, me confiesa algo…
-Alexander: “Ana, eres un hada preciosa, maravillosa, fantástica, me ha encantado conocerte y durante esta tarde que he estado a tu lado, me he dado cuenta que te quiero, me he enamorado de ti y me gustaría que te quedaras aquí…, pero eso lo decides tu no yo… lo siento Ana, pero te quiero…”
-Ana: “¡Alexander! No puedo creerlo… Yo también siento lo mismo, te quiero y no quiero irme me gustaría estar contigo para siempre, pero creo que solo podré verte las tardes. Pero recuerda, que aunque pueda verte poco, te quiero tanto…”
De repente se acerca a mí y lentamente sus labios rozan los míos hasta besarme suavemente… Nos separamos y el siente tristeza, pero a la vez alegría porque nos queremos, antes de irme me susurras de nuevo que me quieres y que me esperarás mañana… Me despido de ti con una sonrisa…
Celeste me espera en la puerta y deprisa tenemos que irnos y salir de aquí para recuperar mi tamaño. Se ha hecho muy tarde, pero se me ha pasado muy rápido. De camino al bosque Celeste me pregunta:
-Celeste: “Ana, ¿Qué tal lo has pasado con el príncipe Alexander?”
-Ana: “Celeste, me lo he pasado genial, me ha enseñado muchas cosas y me ha contado muchas historias sobre el, sobre el reino…, pero lo mas importante… Celeste…, guárdame el secreto por favor…”
-Celeste: “Esta bien yo no digo nada, dime…”
-Ana: “Pues veras Celeste…, de camino a tu casa Alexander me dijo que se ha enamorado de mi y que me quiere. Que me esperará todas las tardes, porque le encanta estar conmigo, porque según el soy el hada mas preciosa del reino…”
-Celeste: “¡Ana! ¡Pero eso es fantástico! ¿No te alegras? Porque te veo algo preocupada. Estoy segura que dentro de poco te pedirá que te cases con el…”
-Ana: “Es que no se…, si, estoy muy contenta, yo también le quiero mucho y me lo paso muy bien a su lado pero…, es que…, hay un problema…”
-Celeste: “A ver, ¿Cuál es el problema?”
-Ana: “Pues muy fácil Celeste, te recuerdo que soy una humana y no se si puedo seguir así, el no sabe nada, se cree que soy un hada como otra cualquiera y si se entera que soy una persona…, a lo mejor ya dejará de quererme… Pero no quiero perderle, Celeste, no puedo… Por favor ayúdame… ¿Qué puedo hacer? ¿Contárselo y arriesgarme a que se olvide de mí? ¿O ocultárselo para siempre y que empiece a sospechar? Puff... estoy tan confundida…”
Llorando término de hablar…, llorando por la impotencia de no saber que hacer…
-Celeste: “¡Ey! Ana, por favor no llores, no te preocupes…, ya buscaremos una solución, déjame pensarlo esta noche y mañana tendré alguna idea, ¿vale? Pero no llores por favor que no creo que Alexander quiera verte así…”
-Ana: “Ya, lo sé. Esta bien yo también voy a pensarlo esta noche y mañana nos decimos las ideas mutuamente, ¿te parece?”
-Celeste: “Muy bien, vale y deja de llorar anda que enseguida vamos a llegar al exterior…”
Intentaba no pensar más en aquello pero era inevitable… Cuando mis lágrimas se secaron ya habíamos salido al bosque… De repente los rayos de luz de la luna me deslumbran y poco a poco me voy transformando en lo que verdaderamente soy, una humana, una chica de 17 años que prefiere quedarse como una bella hada para siempre. Cuando por fin mi cuerpo se transforma, me despido de Celeste:
-Ana: “Bueno Celeste, mañana a la misma hora que hoy en el mismo sitio, ¿vale?”
-Celeste: “Muy bien, aquí estaré y no te preocupes por nada…”
-Ana: “Vale. Gracias Celeste, me ha encantado conocerte, eres la mejor hada y amiga que he conocido… Hasta mañana.”
-Celeste: “¡Adiós Ana!”

miércoles, 16 de junio de 2010

"EL REINO DE LAS HADAS" capitulo 2


De repente Celeste se mete dentro de un árbol por una abertura, pero yo soy demasiado grande y no puedo entrar por ese agujero tan pequeño… Entonces ella mira hacia atrás y ve que no puedo pasar…
-Celeste: “Puff..., eres muy grande, a ver que puedo hacer… ¡Ya sé! Te convertiré en un hada, ¿quieres? Luego volverás a tu forma normal cuando caiga la noche y la luz de la luna te alumbre, ¿te parece?...”
-Ana: “¡Estupendo, me parece bien!”
Entonces vuelve a espolvorear unos polvos mágicos de distinto color a los anteriores… Y poco a poco noto como voy encogiendo hasta convertirme en un hada como ella de pequeña… Entramos en el árbol y ahí está el mundo de las hadas, todo brilla con un color dorado…, un montón de pequeñas criaturas vuelan dentro del inmenso tronco que es muy largo y ancho. En las paredes pueden verse pequeños agujeros que son las casas de las hadas… Me quedo asombrada y sin creerme lo que veo…
-Ana: “¡Es precioso!, ¿aquí vivís todos los de vuestra especie? Tiene todo un color…, no puedo creerlo, esto parece un sueño…”
-Celeste: “Si, aquí vivimos todas las hadas y duendes de este bosque y este es nuestro reino, voy a presentarte al rey y la reina de las hadas, y a mi familia…”
Sonriendo y asombrada voy todo el camino, todas las hadas se me quedan mirando como a un ser extraño, es una sensación parecida a cuando eres la nueva del instituto…
En un momento veo a mi lado como un duende se me queda mirando y sonríe al verme, y yo hago lo mismo, se le ve algo especial y me gustaría conocerle… Entonces le pregunto a Celeste:
-Ana: “¿Quién es ese chico, Celeste? Es muy guapo y simpático…”
-Celeste: “Si, ese es el príncipe del reino y es guapísimo, todas las hadas están presentándose a candidatas para casarse con el, está buscando esposa para dirigir el reino. Todas las hadas chico aquí se les llama duendes…”
-Ana: “¡OH, dios mío! Quiero conocerle, por favor, luego me lo presentas”
-Celeste: “Tranquila, lo haré, ten paciencia…”
-Ana: “No sé, tiene algo…especial solo en la mirada”
Seguimos adelante hasta llegar al sitio donde se alojan los reyes…
-Celeste: “Señores reyes de las hadas, vengo a presentarles a una nueva hada, que la encontré por el bosque y quisiera preguntarles si puede formar parte del reino…”
Entonces exaltada, le susurro al oído:
-Ana: “Pero, ¿Qué dices?, yo no puedo quedarme a vivir aquí, recuerda que soy una humana y pronto recuperaré mi tamaño…”
-Celeste: “Tranquila, no digo que te quedes a vivir todavía, de momento puedes entrar aquí como si fuera tu casa… todas las tardes, ¿vale?”
-Ana: “Vale, esta bien, veré que decido después”
La reina y el rey se me quedan mirando fijamente de arriba abajo y me preguntan:
-Reina: “¿Cómo te llamas pequeña?
-Ana: “Soy Ana, acabo de llegar a la ciu…, emm, perdón, vengo de otro mundo y Celeste me ha traído para enseñarme esto…, me preguntaba si podría venir por aquí algunos días…”
-Rey: “Mm… ¿Tienes hogar Ana?”
-Reina: “Si quieres puedes quedarte a vivir aquí, piénsatelo”
-Ana: “Si, tengo hogar, de momento no me quedo a vivir, solo quiero venir aquí todas las tardes, ¿puedo?”
-Reina: “Claro que si, bienvenida Ana, siéntete como en tu casa…”
-Rey: “Lo mismo digo, Celeste te presentará a los demás miembros. Venga Celeste acompáñala”
-Ana: “Muchas gracias señores reyes. Hasta pronto”
-Celeste: “Vamos Ana, no tenemos mucho tiempo”
Nuestro siguiente destino era conocer a la familia de Celeste…
Cuando llegamos, veo a un hada pequeña jugando sola sentada en un poyete y dos hadas dentro…
-Celeste. “Mira, esa es mi hermana pequeñita y estos son mis padres, mi madre Luz y mi padre Fuego.
-Luz: “Hola Celeste, ¿Quién es esta? ¿Una nueva amiga?”
-Celeste: “Si mama se llama Ana, acaba de llegar, pero viene de otro reino y solo esta de visita”
-Luz: “Hola Ana, siéntete como en tu casa, si quieres algo solo tienes que pedirlo…”
-Fuego: “Hola Ana, bienvenida a nuestro reino”
Entonces Celeste me susurra muy bajito:
-Celeste: “Ten cuidado Ana, si te preguntan que años tienes no digas los tuyos en realidad, di que tienes 50 años, es la edad normal de nosotras. Yo tengo 48, así la gente sabrá que es como si tuvieras tu edad en la realidad, ¿vale?”
-Ana: “Muchas gracias por avisarme Celeste, eres una buena amiga”
-Celeste: “Vámonos, te presentare al príncipe”
-Ana: “Si por favor, vamos”
De camino, pienso en que podría vivir aquí, todo esto es maravilloso, pero no puedo quedarme, tengo mi familia… No sé…, voy a ver que tal esta todo esto y a conocer al príncipe, veré que hago, ya lo pensaré.

Continuara...

sábado, 12 de junio de 2010

EL REINO DE LAS HADAS (capitulo 1)

Acabo de llegar a una ciudad nueva, todo esta mas tranquilo, se respira humedad, los bosques son muy densos y verdes…En las praderas abundan las flores y las aguas del río corren a su cauce.
Todo me resulta extraño, de momento no conozco nada, pero creo que aquí hay muchos misterios. Este verano me entretendré en explorar toda la zona y espero conocer a gente y echarme amigos…
Por la mañana mi familia y yo nos alojamos en nuestra nueva casa. Es muy grande y esta situada a las afueras de la ciudad, al lado del bosque…
Mi habitación…, bueno mi habitación es algo pequeña, pero acogedora me conformo con esto. A mi me ha tocado el cuarto mas pequeño al ser yo la menor de mis hermanas…
Una vez colocado el equipaje, por la tarde, le pedí permiso a mama para que me dejara ir a dar un paseo y conocer la ciudad…, menos mal que conseguí convencerla de que mi hermana mayor no me acompañara… Prefiero ir sola, quiero adentrarme en el bosque porque algo me dice que hay muchas cosas interesantes aquí que descubrir…
Así que decidida salgo de mi casa y me dirijo inmediatamente al bosque para contemplar su naturaleza… Hay un camino que lo atraviesa así que decido seguirlo…Cuando entro en el bosque oigo como el viento azota los árboles y se mueven con furia. Noto como el viento acaricia mi cuerpo y revuelve mi pelo…, puedo sentir una esencia, un aroma en este sitio que me entra escalofríos…
Estoy segura que en este gran bosque hay algo especial y voy a averiguar que es… Empiezo a caminar por un sendero pequeño, rodeada de altos pinos que no dejan pasar la luz del sol y todo esta más oscuro, como si estuviera anocheciendo…, pero no. Todavía queda mucho tiempo para que caiga la noche…
De repente me paro al oír un ruido, como si alguien me susurrara muy bajito en el oído…, no veo a nadie todo esta solitario, no se, puede que solo haya sido el viento que cada vez sopla con mas fuerza…
Sigo mi camino por este sendero a ver si encuentro algo que me llame la atención, pero todo es igual, un largo sendero repleto de pinos a los lados todos alineados… Decido alejarme del camino y pasear entre los pinos.
Enseguida que me adentro noto como el viento quisiera gritarme de algún peligro, como si quisiera avisarme que ese no es un buen camino… Me da igual yo quiero caminar entre los altos y verdes pinos…
Entonces otra vez vuelvo a oír ese susurro en mis oídos…, pero esta vez es mas largo y entiendo lo que me dice:
-“Hola. Ven conmigo, quiero enseñarte el secreto de este bosque”
Asustada me doy la vuelta para ver quien me habla… Pero no veo a nadie. Entonces vuelve a hablarme:
-“¡Ey!, estoy aquí, delante tuya, ¿es que no me ves?”
Por fin mirando bien encuentro de quien venia esa voz… No puede ser, no puedo creerlo, es un hada tan pequeña como mi mano… Un hada brillante que agita sus alas sin parar y desprende un brillo espectacular…
-“Pero…, no es posible, ¡las hadas no existen! Solo en los cuentos, ¿Cómo puede ser?... ¿Serán imaginaciones mías?” – me pregunte exaltada.
Para comprobar si esto es real, decido frotarme los ojos y cuando los vuelvo a abrir veo de nuevo a esa pequeña criatura, tan dulce…
-“¿Se puede saber que haces? Deja de hacer tonterías y ven conmigo quiero enseñarte algo que puede que te guste, pero es un secreto que tendrás que guardar. Voy a enseñarte mi mundo…”


Asombrada decido seguirla pero ella vuela mas deprisa y no puedo alcanzarla…
-“Espera, por favor, yo no puedo correr mas, no puedo alcanzarte…”
-“Mm..., espera enseguida lo arreglo”
Entonces se acerca a mí, se posa sobre mi cabeza y deja caer unos polvos dorados que salen de sus alas… De repente siento como puedo flotar en el aire… ¡Es increíble, estoy volando! Es una sensación inexplicable. Es lo que siempre había soñado.
Empezamos a volar el hada y yo, y por el camino me va contando cosas:
-“Mi nombre es Celeste y soy un hada de este bosque. Mi familia dice que no salga del reino, que este sitio es muy peligroso, pero yo soy muy revoltosa y me gusta explorar todo esto… ¿Y tu?, ¿Cómo te llamas? ¿Y de donde vienes?
-“Yo soy Ana y acabo de mudarme a esta ciudad, mi casa esta al lado del bosque y he venido aquí para explorar la zona. Me encanta la naturaleza y los misterios…”
-Celeste: “Encantada de conocerte Ana, como veo eres una humana, mi familia me ha hablado mucho de vuestra raza, pero me temo que todo lo que me dicen es malo… Que si son muy peligrosos, que les encanta matar a los animales, destruir los bosques, que odian a los espíritus del bosque como nosotros, etc. Pero yo creo que tu no eres así, lo noto…”
-Ana: “Si, soy humana, pero tranquila yo no os voy a hacer daño, yo no soy así, me encantan las hadas y me gustaría que me enseñaras tu mundo… ¡Podríamos ser amigas y vernos todas las tardes!”
-Celeste: “¡Si!, es muy buena idea. Si, tranquila ya estamos llegando a mi casa”
Continuara...

jueves, 10 de junio de 2010

DIARIO DE UNA SIRENA (capitulo 3)


Me acerco a mis padres y empiezo a explicarles todo…
-“Padres, tengo que contarles algo… Desde hace tiempo todas las noches subo a la superficie y las paso vagando por el mundo de los humanos, dejo mi cola y la sustituyo por dos piernas… Y hace poco conocí a una persona muy especial, que me quiere muchísimo y que todas las noches estoy con el… Le ví por primera vez en la playa, el estaba allí paseando junto a las olas que le rompian en los pies, y yo que ya habia salido hace un rato venía de buscar algunas ropas que ponerme y le vi alli, tan guapo, con unos ojos, que poco a poco hablando y hablando nos conocimos y mas tarde tuve que contarle mi secreto...
Y bueno...ahora he tomado una decisión…, voy a dejar esto, dejaré el mar, dejaré de ser lo que soy, para vivir en el mundo de los humanos… Me da igual lo que me digáis, yo quiero pasar el resto de mi vida junto a la persona que quiero…, lo siento padres…”-les confesé.
Asombrados, sin creer toda mi historia y enfadados me suplican que no lo haga que aquí tengo a mi gente, mi vida…
- ¡Pero hija! ¿Tu sabes lo que estas diciendo? ¿Como se te ocurre? No digas eso jamás, tu sitio esta aquí y no pueds irte, ademas aquel mundo es muy peligroso y los humanos no saben más que hacernos daño. Ni se te ocurra hacerlo o...
- O que mama... tengo 20 años, estoy cansada de mi vida, siempre podré volver a veros, pero quiero estar junto con esa persona, el mundo de ahi arriba me ha encantado y me digais lo que me digais, no pienso quedarme aqui ni un minuto mas.. -grité enfadada.
- Pero hija... por favor...- seguían suplicando...
Pero no escucho, me da igual todo, solo pienso en ti y en nuestro futuro juntos…
Por fin llega la noche…, antes de marcharme compruebo que estén todos dormidos…, menos mal que no les he dicho a mis padres que me iba esta noche, si no estarían aun despiertos…
Todo está tranquilo y ya es el momento de volver a subir, pero antes, hecho un último vistazo a todo lo que me rodea, a todo mi mundo… Y con todas mis fuerzas y mis ganas de verte nado todo lo deprisa que esta cola me permite y llego a la orilla de la playa otra vez… y como siempre allí estas tu, sentado escribiendo mi nombre en la arena…


Corro hacia ti y me reconoces enseguida… Te levantas y corres a mis brazos poniendome una toalla por encima. Tu cuerpo roza el mío y mientras me abrazas fuertemente te susurro al oído:
-“Te prometí que lo haría cariño, ahora estaremos siempre juntos…”
-“No puedo creerme que a partir de ahora vayamos a estar juntos… Te quiero amor y quiero que vivas conmigo, que pasemos todas las noches como las que hemos pasado, que vivamos mil aventuras… por favor dime que si…”- me suplicas.
-“¡Claro que si amor! Ya todos los problemas han terminado ahora seremos felices para siempre…
Me coges de la mano, me besas y nos alejamos poco a poco de la playa… Giro la vista al mar y veo a mi familia diciéndome adiós… Me despido de ellos con una gran sonrisa y me voy contigo, pensando si alguna vez podré volver a bajar a visitarlos.
Ha sido la decisión más rápida y acertada que he tomado nunca… ¿o no?
Y todo por ti…, porque te quiero…

FIN

miércoles, 9 de junio de 2010

DIARIO DE UNA SIRENA (capitulo 2)


Después de un largo recorrido por las calles, volvemos a la playa. Nos tumbamos los dos en la arena y contemplamos el cielo con sus brillantes estrellas… Me coges de la mano y me señalas las estrellas, me cuentas que cada una tiene un nombre y yo me asombro con todas tus historias… Reímos sin parar y me miras fijamente a los ojos… Empiezas a hablarme de nosotros…, que pasará con los dos…, si seguiremos todas las noches viéndonos o llegará un día en que nos olvidemos de toda esta historia y nunca más nos encontremos… Si podremos estar juntos para siempre o si yo seguiré siendo una sirena…
Mientras me cuentas todo esto, noto en tu cara tristeza, desilusión… No tengo palabras para responderte, mis lágrimas mojan mi cara y caen en tu pecho… Al sentirlas te das cuenta que estoy llorando y me calmas…:
-“¡Ey! Tranquila, no llores por favor, lo siento, no quiero que te pongas así… ya buscaremos una solución, ahora disfrutemos de esta preciosa noche los dos juntos y ya pensaremos una idea… No te preocupes…”- me calmas.
Al escuchar esas palabras sonrío y te miro a los ojos…, me secas las lágrimas y seguidamente empiezas a besarme… Nuestros cuerpos se envuelven en el manto de la arena y la luna es la única que nos observa, la que guarda nuestro secreto…
Acabamos dormidos…, yo apoyando mi cabeza en tu pecho y tú acariciando mi pelo… La noche se me hace tan corta cuando estoy contigo…
Empieza a amanecer y la luz del sol me despierta… Ya es tarde tengo que irme, tengo que volver al mar, con mi familia antes de que sospechen de mi… Te despierto acariciando tu cara… Abres los ojos y ves mi cara, sonríes contento de que siga contigo… Te devuelvo la sonrisa pero enseguida te confieso que debo marcharme… Entristeces de nuevo y bajas la cabeza… Debo contarte algo antes de marcharme…
-“Amor…, he estado pensando toda la noche en eso que me dijiste, en qué será de nosotros, que esto no puede seguir así y llevas razón, ya tengo la solución para todo esto…”- te confieso.
Sobresaltado te levantas y sentado a mi lado me contestas:
-“¡Ey! No pienses mas en eso, te dije que daba igual, que no me importa, yo todas las noches te voy a esperar aquí en la playa…, no hace falta que tomes una decisión que no quieras, no te voy a obligar a nada… No quiero que por mi culpa estés mal…”-me contestas preocupado.
-“No, tranquilo, tu no me perjudicas, ni vas a destrozar mi vida porque yo tome una decisión… Ya lo he decidido… Mira cariño, solo tienes que esperar un día más, solo un día, voy a dejar mi mundo para siempre, quiero estar contigo… Mañana cuando llegue la noche dejare de ser una sirena para siempre, para estar junto a ti el resto de mis días porque eres lo que más quiero en este mundo…”-pronuncio esas últimas palabras mientras lloro de alegría…
-“No puedo creerlo, pero… ¿tú estás segura de que eso es lo que quieres? Por favor piénsatelo, no quiero que sufras, de verdad, no quiero que por mi dejes de ser una bella sirena… Sabes que te quiero tal y como eres y no me importa nada, lo sabes ¿no?- dices exaltado.
-“Si, lo se, pero es lo que quiero, yo allí abajo no tengo nada por lo que seguir siendo sirena, m familia me da igual que no le guste mi decisión, pero soy libre de hacer con mi vida lo que quiera, así que por favor déjame hacerlo, quiero ser humana, quiero estar contigo siempre, pasar los días enteros como todas estas noches…, que me abraces, que me beses y no alejarme de ti nunca… Por favor dime que si, dime que aceptas mi decisión…”-te suplico nerviosa.
Y llorando de alegría y riendo a la vez sin poder creer mis palabras asientes con la cabeza y me abrazas muy fuerte… Te pido que me esperes solo durante el día que en cuanto la luna asome seremos felices para siempre… Me afirmas que sí, que estarás aquí como cada noche esperándome y que nunca te alejaras de mi porque me amas…
Me despido con un beso y lentamente me voy separando de ti… Corro hacia el agua y antes de sumergirme dirijo la vista a ti… Me despides con una sonrisa, aunque noto que sigues algo triste… Y enseguida bajas la cabeza…

Termino de sumergirme por completo en el agua y nado a toda velocidad hasta casa…, recordando tu mirada, que sigue presente en mi mente, tus palabras, toda esta noche y pensando en que este será mi último día de sirena…
Llego y me encuentro a mis padres preguntando por mí, me invento rápidamente una excusa para ocultar mi ausencia. Cuando va llegando la tarde decido contarle a mi familia mi decisión de marcharme… Sé que no lo van a aceptar pero me da igual, me escaparé esta noche sea como sea…
Continuara...

lunes, 7 de junio de 2010

DIARIO DE UNA SIRENA (capitulo 1)


Por fin el sol se marcha tras esas dos montañas, se esconde para descansar y le deja paso a su amiga la luna para que alumbre el gran cielo…
Todo aquí abajo está tranquilo, los peces duermen, los delfines han terminado su hora de juego y se van a descansar, todo duermen ya…
Ahora…, este es el momento exacto en el que puedo escapar, sin que nadie me vea, subiré rápido a la superficie y una noche más dejaré mi cola de sirena para ser una humana con dos bellas piernas…
No sé por qué aquí se dice que el mundo de los humanos es tan peligroso…Hay gente muy amable allí arriba y me encanta pasar las noches fuera del agua…Todavía no estoy muy acostumbrada, mis piernas me fallan, pero poco a poco, voy acostumbrándome…
Desde que cumplí los 18 años, subo a contemplar el mundo de los humanos. Ahora ya tengo 20…Todavía nadie se ha enterado de mi escapada cada noche, porque como me descubran pasaré el resto de mi vida con esta cola, sin poder ver aquel mundo, sin descubrir mis piernas…, y lo más importante…, sin ver a esa persona que quiero tanto…
Allí…, fuera de la superficie, allí, hace días conocí a un hombre, con el que paso todas las noches, me divierto con él, me enseña todo aquello y nunca se aleja de mi…Me dice que soy preciosa, que me ama, que me quiere tal y como soy, que no le importa tener que esperar todos los días a que la noche caiga para verme…
Yo…uff…, yo le quiero como si fuera mi vida entera, no puedo pasar ni una noche sin verlo…, no se…, es…, tan especial, agradable, es distinto a todo lo que conozco aquí abajo…Los dos nos queremos y nos esperamos cada noche en la orilla de la playa…
Ahora tengo que subir allí arriba, el me estará esperando…Nado rápidamente, a toda la velocidad que me permite esta cola…, es la gran ventaja de ser sirena…

Por fin mi cabeza asoma a la superficie y me acerco a la orilla, mientras ya le veo esperándome con ropa nueva para mí, como cada noche hace…
Le alzo la mano y me ve, corriendo se levanta y en la orilla me da la ropa para que la luzca durante esta noche…Cuando termino de vestirme, me coge de la mano, me besa suavemente con esos labios tan dulces y me abraza, susurrándome al oído que tenía muchísimas ganas de verme, que me veo bellísima con esa ropa, que me amas y no quieres separarte de mi…
Sonrío y te vuelvo a besar…Pasado un tiempo me llevas a dar un paseo por la ciudad iluminada… Yo no paro de hacerte preguntas…:
-¿Qué es eso?... ¿y esto?... ¿por qué esta aquello?... ¿Qué pasa ahí?...
Tu riéndote me lo explicas todo, me vas enseñando tantas cosas…, que cada vez este mundo me gusta más y sobre todo si estas tu conmigo…