domingo, 20 de mayo de 2012

... El árbol de los deseos...

He tenido un sueño, he tenido una idea…

Y con ella he formado un deseo. O mejor dicho, he formado un árbol de los deseos. Con todos los deseos de los niños del mundo, ¿y por qué no? También los deseos de los adultos.

Deseos pequeños, grandes, fáciles, imposibles, alcanzables o inalcanzables… Pero simplemente deseos. Deseos llenos de esperanza y alegría, sueños con ganas de cumplirse y otros que desean que se hagan realidad.

Un árbol repleto de sueños, ilusiones, esperanzas, inquietudes y sonrisas. Y cada hoja de ese árbol, por pequeña que sea, es un deseo con ansias de hacerse realidad.

Pero detrás de ese sueño está aquella persona que ha puesto todas sus ilusiones y sus fuerzas en hacer realidad su sueño. Y esa perseverancia e ilusión hacen que ese sueño sea aun más grande, que poco a poco creamos que no es solo un simple deseo, no es solo una fantasía inalcanzable.

Es más que eso, es una fuerza que nos impulsa a seguir adelante. Una fuerza llena de esperanza, de ilusión que nos empuja a hacer ese sueño realidad.


He tenido un sueño, he tenido una idea…

Plantaré ese árbol lleno de deseos y sueños, de pequeños y jóvenes, de adultos y mayores. Y lo colocaré en medio de la plaza, para que se alimente de la risa de los niños y la sonrisa de los grandes. Para que todos vayamos sembrando en él más deseos y sueños. Y día a día reguemos ese árbol con una pizca de esperanza, ilusión y fe.

He tenido un sueño, he tenido una idea…

Voy a plantar mi sueño y lo cuidaré día a día para hacerlo realidad.