lunes, 31 de mayo de 2010

...ReFleXiOnEmOs...

Aquella vez, en aquel momento, en ese mismo instante, me di cuenta de lo que pasaba. Me di cuenta de que sin esfuerzos, ni valentía, que sin optimismo ni objetivos, de que sin fe ni confianza en mí misma, nunca, jamás podría cumplir mis sueños… Entendí que nadie caminaría por mí, solo podrían acompañarme y caminar a mi lado, no delante, ni detrás, ni encima mío, sino a mi lado… Solo yo debía luchar por alcanzar mis metas, nadie lo haría por mí, aunque nunca viene de más un apoyo, un empujoncito que te haga salir adelante, pero aun así, tienes que ser tu mismo quien lo haga, tú mismo, tu optimismo, tu orgullo, tu coraje, tu resistencia y tu paciencia… El esfuerzo puede ser inmenso y a lo mejor también inútil; tal vez por muchos intentos jamás consigamos lo que deseamos…, pero lo que sí sé es que nunca debemos rendirnos, tenemos que arriesgar, luchar y luchar, afrontar el presente, seguir adelante por muy duro que el camino se presente y cada barrera o cada bache que encontremos en él lo denominaremos “experiencia”. Experiencia…, experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres…Una experiencia que nos hará aprender, un error que tal vez no volveremos a repetir, una experiencia que nos hace crecer como personas. Así, una tras otra, hasta que cuando el camino acabe y hayamos llegado a nuestro destino, seamos grandes personas, personas que han luchado continuamente, que han dado hasta su último aliento por salir adelante, que nunca se han rendido y han afrontado cualquier situación aunque no supieran, que con ayuda o no han conseguido sueños que creían inalcanzables, y nada ni nadie los ha echado hacia tras…
Estas personas llegan a ser grandes, muy grandes, con tantas vivencias, con tanto saber, con tantas experiencias, que acabaran orgullosas de si mismas,, orgullosas de no haberse dejado influenciar nunca, de cumplir sus objetivos, de no haberse rendido jamás, porque al final, sabían la recompensa seria grande…
Sin embargo, las personas que les domina el pesimismo, el posesismo, que no confían en sí mismas, que se creen que “no pueden”, que se sienten por debajo de todos y prefieren esconderse bajo esa burbuja o enterrarse bajo el suelo… Que tienen unas metas; si, como todos, pero que jamás han pensado la posibilidad de seguir ese camino para conseguirlo, esas personas no conseguirán nada, se rendirán ante el mínimo problema, huirán de ellos y tardaran en aprender, en madurar… Así mismas, se harán ellas solas pequeñas, inferiores, tímidas…
¿Por qué rendirse sin intentarlo primero? ¿Por qué renunciar por miedo al fracaso? ¿Por qué perder una gran meta o posibilidad por creer que “no puedo”? ¿Acaso lo han intentado? ¡NO! Ni si quiera se han planteado que puedan hacerlo, solo se dedican a repetirse una y otra vez, a auto convencerse a sí mismos, que eso es mucho para ellos, que no pueden porque, seguramente, alguna vez, en el pasado, ya lo intentaron y no pudieron y ya no esperan conseguirlo, ni si quiera lo intentan, han asumido ellos mismos su derrota… Si, como aquel cuento del pequeño elefante, del elefante encadenado…Pues bien dice asi:
“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba la atención el elefante que, como mas tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: “si esta amaestrado, ¿Por qué lo encadenan?”. No recuerdo haber recibido respuesta coherente… Pero con el tiempo descubrí la respuesta al misterio del elefante:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. En aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudo tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Se dormiría agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor de todo es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…” (Jorge Bucay- “Cuentos para pensar” )

…¿No es triste? Si, la verdad que si lo es, pero hay muchas personas así, quizás todas en algún momento lo lleguemos a pensar, aunque luego acabemos echándole coraje y consiguiendo lo que nos proponemos. Pero por desgracia, el ser humano siempre empieza siendo pesimista…
Con esto quiero concluir este relato y desvelar el mensaje que con el quiero daros…
“Esta vida, es como una larga carrera, en la que quien más veloz, resistente, potente sea , quien cumpla bien las normas y llegue a la meta adecuadamente , ese será el que gane, pero sin embargo, aquel que se quede atrás, aquel que se caiga y no pueda levantarse, nadie le ayudará, aquel que se rinda y crea que no pueda continuar, ese… ese estará acabado, todos los demás le pasaran por encima sin ni siquiera darse cuenta que está herido y tirado en el suelo… No les importaran… Los que sean listos o tal vez “egoístas”, los que tengan las ideas bien claras y se preocupen por su meta y no por los demás.., esos conseguirán lo que quieran y cumplirán sus sueños…”

.ReCoRdAnDo...


Al oír aquella palabra, o mejor dicho, aquellas dos palabras, aquel "te quiero", mi corazón de repente dio un gran vuelco…, sentía una especie de cosquilleo en el estomago, como si un gran escalofrío interno recorriera mi cuerpo de la cabeza a los pies pero sintiéndolo más en mi corazón. Me sentía llena por dentro pero no se dé que… Tenía ganas de recordarle, ganas de fantasear con él en mi mente… pero sin embargo eso me dolía mas que nada al darme cuenta que mis fantasías no se podrían cumplir… o quizás sí pero no para siempre.. Así que intentaba evitarlo… Pero cuando quería no pensarlo, ya estaba de nuevo recordando cómo sus dulces labios susurraban aquella vez un te quiero de su boca, como sus ojos se clavaban en mi y derrochaban confianza, amor y pasión… Volvía a recordar su olor… sus manos sobre mi cintura…, cuando se acercaba lentamente y mirándome a los ojos y también a los labios acababa rozándolos suavemente, acabábamos envueltos en un largo y dulce beso del que no queríamos terminar…, cuando me abrazaba tan fuerte que pareciera que no quisiera dejarme marchar jamás, y que en esos momentos deseaba quedarme cerca de él para siempre…, pero no, no podía ser… Recordé cuando, estando abrazada a él casi dormida en su pecho con la cabeza alzada para poder seguir fijando en él mi mirada, recorría suavemente mi cara con sus manos, la acariciaba… desde la frente bajaba lentamente hasta los ojos y en cada recorrido de sus dedos dejaba tras de sí un beso, impregnado de tanto amor y cariño, tanto afán de protección… así recorría mi cara hasta llegar a los labios donde requería algo más de tiempo y se entretenía besándolos…
Recordé muchas, muchas palabras que en aquellos momentos me susurró…incluso los más mínimos detalles, mínimos pero a la vez grandes… Con que dulzura y sinceridad me decía que mi piel era tan suave… mientras sus manos recorrían mi espalda y al mismo tiempo un escalofrío, externo pero a la vez interno, me dejaba un poco atontada…
Recordé también nuestros largos y lentos paseos por aquel maravilloso parque agarrados de la cintura o cogidos de la mano, con aquel puente que cruzaba el agua que bajaba de la fuente, el cual aprovechaste para robarme el que sería mi primer beso… ¡Y qué beso! La fuente, otro lugar con un momento maravilloso en el que sentí como el corazón se me subía hasta la garganta y me sentía viva, llena de energía, feliz a tu lado, me sentía a gusto porque tú, así lo querías y hacías todo lo posible para que así fuera… y así fue…
Y muchos más recuerdos que quedan en mi mente y no se pueden impregnar en un simple papel, que ni si quiera se pueden describir, porque lo que el corazón siente cuando queremos tanto a alguien, es inexplicable…
¡Cuantos momentos llenos de magia y pasión! ¡Cuántos momentos llenos de amor y respeto! Momentos que han quedado en el recuerdo, unos recuerdos preciosos que duelen, unos recuerdos que algún día espero volver a tenerlos pero no en mi mente… Si no a tu lado…

*…EsPeRaNdO qUiZáS a QuE dE nUeVo, En AlGuNa OcAsIóN, nUeStRoS lAbIoS vUeLvAn A eNcOnTrArSe…*

=)