jueves, 29 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 8



Por fin llegó la hora en la que Flarmy llegaba al cuarto de Sara…
Ella le estaba esperando con los brazos abiertos y en seguida que se transformo de lucecilla en ángel, le dio un gran abrazo…
-Sara: “Hola Flarmy. Me alegro de verte” – decía mientras le abrazaba.
-Flarmy: “Yo también tenía ganas de verte, las mañanas se me hacen eternas si tu no estas… Te quiero pequeña”
-Sara: “Y yo a ti”
-Flarmy: “Bueno ¿tienes ganas de pedir tu tercer y último deseo?”
-Sara: “Si, si, lo estoy deseando. Pero… ¿puedo decírtelo antes al oído? Es que es una sorpresa para los dos…”
-Flarmy: “¿Una sorpresa? Esta bien, dímelo al oído primero…”
Sara se acercó a su oido y le dijo su deseo y las ventajas que tenia para poder enseñarla su reino. Flarmy al oírlo, se quedó sorprendido y muy alegre…
-Flarmy: “¡Sara! No me lo puedo creer. ¿Estas segura? Bueno lo intentaré creo que podré hacer todo lo que me pides. Es una gran idea, de verdad. Gracias”
-Sara: “Claro, será una sensación… inexplicable ¿no?”
-Flarmy: “Por supuesto, seguro que te encantará”
-Sara: “Gracias tesoro”
Flarmy se puso manos a la obra y empezó a concederle el deseo a la niña mientras lo pronunciaba en alto. Cuando hubo terminado, se acercó a Sara y le dijo:
-Flarmy: “Esto tardará unas horas en cumplirse por lo que mañana por la noche cuando venga a verte comprobaremos si tu deseo se ha hecho realidad… ¿Te parece?”
-Sara: “Muy bien. Te esperaré aquí mañana para que salgamos los dos a volar y así aprendo contigo ¿vale?”
-Flarmy: “Claro que si, yo te enseñaré pero es muy sencillo, incluso te llevaré si nos da tiempo a mi reino de allí arriba…”
-Sara: “¡OH, sería estupendo! Muchas gracias”

Dicho esto, Flarmy se despidió de Sara con un gran beso y se fue.
Esa noche la niña soñó con su ángel y con su tercer deseo… Imaginándose como serían las cosas a partir de ahora. Si de verdad podría aprender a volar y ver tantas cosas desde arriba, como el reino de Flarmy, el cual deseaba conocer cuanto antes…
Ella no quería hacerse ilusiones vanas, porque por cualquier cosa podría ocurrir que todo lo que imaginaba y soñaba desde hace tiempo no pasara nunca…
La mañana siguiente se le hizo eterna esperando ansiosa que llegara la noche… Intentaba distraerse con cualquier cosa, estudiando, jugando, ayudando a su madre… Pero cuantas mas cosas hacia, mas pensaba en todo eso y por lo tanto los minutos se le hacían horas…
Cuando llegó la noche y la Sra. Harrison se disponía a acostar a la pequeña Marta, antes de que se lo gritara a Sara, ella ya había subido a su cuarto corriendo…
El Sr. Harrison al ver a su hija tan nerviosa y rara, decidió subir a su cuarto a comprobar que le pasaba…
Llamo a la puerta y entró sin esperar respuesta:
-Sr. Harrison: “Sara, ¿puedo pasar?”
-Sara: “Si papa, ¿Qué quieres?”
-Sr. Harrison: “Nada hija, solo quería darte las buenas noches y… bueno preguntarte por qué llevas todo el día alterada… ¿Te pasa algo pequeña?”
-Sara: “No papa, no me pasa nada, simplemente hoy he estado mas activa, tenía ganas de divertirme. No te preocupes, no es nada papa” – fingió Sara.
-Sr. Harrison: “Mm... ¿Estas segura? Bueno pues entonces me dejas mas tranquilo aunque no me convenzo mucho, pero si tu lo dices…”
-Sara: “Claro papa, no te alarmes, ya sabes como soy. Recuerda que tienes una hija un tanto extraña…” – rió.
-Sr. Harrison: “Tu no eres rara hija, eres especial… Bueno pues entonces me voy. Descansa pequeña y buenas noches”
La dio un beso en la frente y Sara respondió:
-Sara: “Gracias papa. Te quiero mucho. Buenas noches”
En cuanto el Sr. Harrison cerró la puerta Sara soltó un gran suspiro de alivio…:
-Sara: “Puff..., por que poquito…” – pensó.
Cuando hubo dicho esto último, en ese mismo instante, la pequeña lucecita ya había pasado por la ventana y en un abrir y cerrar de ojos, Flarmy estaba allí sentado en la cama de Sara a su lado.
-Flarmy: “Hola Sara. ¿Qué tal el día? ¿Largo?”
-Sara: “¡Flarmy! Que bien que estés aquí. Pues si, se me ha hecho muy largo esperando este momento y sobretodo pensando en ti…”
Sara se acercó a el y le recibió con un fuerte beso.
-Flarmy: “Yo también te he extrañado mucho… Te quiero tanto…”
Pasaron unos minutos en silencio mientras los dos no dejaban de mirarse… A lo que Flarmy interrumpió…:
-Flarmy: “Bueno Sara, creo que es hora de comprobar si tu deseo se ha cumplido. Así que ven levántate y ponte a mi lado…”
-Sara: “Si, por fin. Esta bien”

lunes, 26 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 7


Lo que Sara tenía en su mente como su plan para poder ver a Flarmy, era pedir en su tercer deseo poder volar cuando ella quisiera y ser invisible si lo necesitaba mientras volaba…, cuando pisara tierra volvería a ser visible y dejaría de volar… Así Sara podría ver el reino de Flarmy, visitarlo y cumpliría a la vez uno de sus mayores sueños que era poder volar y ver cualquier parte del mundo desde arriba…
A ella le parecía una idea estupenda y estaba tan feliz que deseaba con todas sus fuerzas que llegara ya el lunes…
-Flarmy: “Oye Sara, tu me quieres aunque sea esto… ¿un ángel? ¿Aunque tenga alas, me convierta en una luz brillante y viva en otro mundo? Es que… ¿de verdad no me consideras un ser extraño?”
-Sara: “Flarmy, no digas eso, sabes que para mi eso es lo menos importante, yo te quiero por como seas por dentro, no por lo que aparentes por fuera, aunque sabes que adoro a los ángeles y mucho más a ti…”
Ella se acercó a Flarmy lentamente, le cogió de la mano y mientras sus labios se quedaron frente a él, le susurro:
-Sara: “Te quiero Flarmy”
Y seguidamente le besó muy suave y despacio… Un beso tan tierno, apasionado… era su primer beso, su primer beso con una criatura del más allá, con su precioso ángel de los deseos.
Cuando sus labios se despegaron, el tenía cara de asombro y felicidad a la vez… Asombro porque nunca le habían besado tan apasionadamente y felicidad por tener a Sara a su lado…
Al quedarse frente a frente Flarmy le preguntó a Sara:
-Flarmy: “¿Puedo darte un abrazo?”
-Sara: “Eso no hace falta que lo pidas cielo, me lo das y ya esta”
Entonces el ángel abrazó a Sara fuertemente, como si no la hubiera visto desde hace mucho tiempo…
-Flarmy: “Gracias por todo Sara” – le confesó mientras la abrazaba.
Sara al escucharlo no le dijo nada, simplemente sonrió y siguió abrazándole…
Flarmy pasó toda la noche con Sara. Del sueño que tenían, acabaron los dos dormidos mirándose a los ojos fijamente y sin hablar.
A la mañana siguiente, mientras seguían dormidos, el grito de su madre les despertó:
-Sra. Harrison: “¡Sara! ¡Vamos levántate! ¿O tengo que subir a tu cuarto? Tengo que irme a trabajar y tienes que cuidar de tu hermana… ¡Vamos!”
Sara se despertó sobresaltada al igual que Flarmy.
-Flarmy: “¡OH no! Me he quedado dormido, me voy rápido, no vaya a ser que me vea tu madre…”
-Sara: “Es verdad, mejor vete antes de que entre… Esta noche nos vemos ¿verdad?”
-Flarmy: “Claro que si pequeña. Hasta la noche. Adiós ¡te quiero!”
Se despidieron con un beso y antes de que Flarmy saliera por la ventana como una pequeña lucecita, Sara le dijo:
-Sara: “¡Flarmy! Espera. Gracias por quedarte toda la noche, lo he pasado muy bien. Te quiero”
-Flarmy: “Yo también he disfrutado mucho… Adiós Sara”- le dijo aquella luz destellante.

A partir de ese día, todas las noches de esa semana fueron iguales…
Se reían en su cuarto, hablaban horas y horas, se abrazaban se besaban hasta que acababan dormidos y por la mañana Flarmy siempre se iba mas temprano mientras Sara dormía…
Llegó la semana siguiente, el lunes, y Sara esperaba la noche con impaciencia para poder pedir su deseo a Flarmy. Mientras la noche se acercaba, ella no hacía mas que pensar en él, en todas las noches que pasaban juntos, pensaba en como sería su vida a partir de ahora, si el deseo que iba a pedir se le cumpliera, como sería el reino del cielo, donde vivían los ángeles… No se imaginaba como sería aquello pero ya tenía ganas de verlo…

viernes, 23 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 6


-Flarmy: “¡Sara!... ¡Sara! ¡Ey! ¡Estoy aquí! ¿En que piensas?”
La niña ni siquiera se dio cuenta de que Flarmy había entrado por su ventana, ya que su cabeza estaba ocupada pensando en otras cosas…
-Sara: “Ay, lo siento Flarmy, no he notado tu presencia, es que… pensaba en otras cosas…”
-Flarmy: “Y… ¿puedo saber que es eso que te preocupa tanto y tienes tantos nervios? Sabes que puedes contármelo soy tu ángel y tu amigo…, me tienes para lo que necesites ¿lo sabes no?”
Al oír estas palabras, ella pensó que Flarmy no se enfadaría, ni se tomaría a mal si le contaba sus sentimientos por él. Así que poquito a poco decidió contárselo.
-Sara: “Ya… lo sé, y te agradezco mucho que me ayudes… Por eso y porque eres mi mejor amigo te voy a contar lo que me pasa. Pero…, antes prométeme que seguiremos siendo amigos pase lo que pase… Que no te enfadarás conmigo… Por favor prométemelo”
-Flarmy: “Sara, pero que tonterías dices, porque me iba a enfadar, si solo pretendo ayudarte… Tranquila te prometo que nada de eso pasará pequeña y yo siempre seré tu amigo…”- le dijo mientras se acercaba a ella y la daba un gran abrazo.
Pero la niña lo que no sabía era que su ángel también sentía lo mismo por ella y quería decírselo, pero además de tener miedo, nunca encontraba el momento oportuno…
-Sara: “Pues verás Flarmy, durante estos días que te he conocido mejor, me divierto mucho contigo, me encanta tu forma de ser y cada noche que ya te vas te echo de menos… Cuando estas conmigo todos mis problemas desaparecen y me siento yo misma… Con todo esto quiero decirte, que no quiero que te vayas nunca porque te quiero, porque todo ese cariño que me has dado como un gran amigo, se ha convertido en un amor tan grande…, que si te pierdo no sabría vivir. Lo siento, pero necesitaba confesarte cuanto te quiero y no se que pensarás pero sea lo que sea no dejaremos de ser amigos ¿verdad? Ya sabes lo que yo siento, necesito saber lo que piensas tu por favor…”
Flarmy al oír las palabras con tristeza de Sara, se quedó asombrado, no podía creer que ella también sintiese lo mismo… Sin saber como responder le contestó:
-Flarmy: “A ver pequeña, yo no me puedo enfadar por eso, es más, ni siquiera podremos ser amigos…”
-Sara: “Ves lo sabía…, Flarmy no me hagas esto yo no quiero perderte no entiendo como te pue…” – la cortó él.
-Flarmy: “Sara, escucha…, no seremos amigos… ¡seremos mas que eso! ¿Y sabes por qué? Porque yo desde el primer día que te vi supe que eras la niña más bonita de la ciudad y al conocernos lo he confirmado. Eres fantástica y natural, por eso y por muchas cualidades más, te quiero. Y solo te voy a pedir una cosa más, prométeme que después del deseo que te falta por cumplir y yo tenga que marcharme, volveremos a vernos… No nos puede separar la distancia…, porque sé que nos queremos ¿me lo prometes?”
Sara no podía creer lo que estaba escuchando… se había llevado una decepción al escuchar que no volvería a ser su amigo... pero al oír eso se quedó sorprendida…
-Sara: “¡Flarmy! ¿En serio tu también sientes lo mismo? No puedo creerlo ¡te quiero! Te prometo que seguiremos viéndonos, tu puedes venir aquí siempre que quieras, ya lo sabes…”
-Flarmy: “Muchas gracias pequeña. Si pudieras ir a mi reino algún día…, te enseñaría todo aquello y podrías visitarme cuando quisieras… Pero aún así yo vendré a verte, porque ya sabes que te echo de menos todos los días si no te tengo a mi lado…”

De repente a la niña se le ocurrió una gran idea, una solución a sus problemas, que pediría en su tercer deseo la semana que viene, pero decidió no decirle nada de su plan a Flarmy, ya que sería una sorpresa y el lunes ya lo sabría…

lunes, 19 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 5


A la semana siguiente, el lunes por la mañana Sara recordó que hoy pediría su segundo deseo. Sabía perfectamente que tenía que pedir y lo tenía pensado con antelación…
Se divertía jugando y cuidando de su hermana Marta, ya que sus padres, los señores Harrison, estaban trabajando. Siempre ayudaba en todo lo que podía con la casa y con su hermana… Por eso, tenía ganas de que llegara la noche para ver a Flarmy y divertirse con él…
Durante ese día, Sara no podía quitarse de la cabeza a su ángel, no sabía el por qué, pero tenía muchísimas ganas de verlo y estar con él…
-“No se que me pasa, me encuentro atolondrada cada vez que pienso en ese ángel tan…tan amable, tan simpático, tan…tan guapo… Es el mejor amigo que he tenido. Aunque creo que lo quiero demasiado para ser solo eso, amigo. Pero no, no podrá ser más que eso, el es un ángel y yo vivo aquí, no tengo alas y no vivo en un mundo mágico escondido entre las nubes… Nunca podremos ser más que amigos… Me conformaré con poder verle todas las noches…”- pensó con tristeza.
Ese lunes Flarmy volvió como todas las noches al cuarto de Sara. Esta vez estuvieron divirtiéndose hasta que mas tarde, antes de que su ángel se marchara, por fin llegó la hora de pedir su segundo deseo.
-Flarmy: “Bueno Sara, creo que ha llegado la hora de que pidas tu segundo deseo, ya ha pasado una semana desde que nos conocimos ¿te acuerdas?”
-Sara: “Si, jo ya solo quedan dos semanas y…, cuando yo pida mi tercer deseo… ¿te irás para siempre? ¿Ya no volveré a verte más? Dime que no por favor…, es que… no quiero que me dejes sola” – dijo entristecida.
-Flarmy: “Pues verás pequeña, me temo que tendré que irme aunque yo por mi no me iría nunca, pero allí arriba, por entonces, abre terminado mi trabajo y tendré que ocuparme de mas niños… Bueno mira, tu no te preocupes y no pienses en el qué pasará… Disfruta ahora que estoy contigo y ya esta ¿vale? Estate tranquila.”
-Sara: “Puff… Esta bien, intentaré no pensarlo, pero es tan difícil…”
-Flarmy: “Bueno Sara, ahora concéntrate en pensar tu deseo y nada mas y en creer en los ángeles para que tu deseo pueda cumplirse… ¿preparada?”
-Sara: “Si, ya lo tengo pensado hace tiempo, este deseo es sencillo y esencial”
-Flarmy: “Muy bien, pues empieza cuando quieras a formularlo en alto que yo te oiga y pueda cumplírtelo…”
Sara comenzó a pedir en alto su deseo, mientras que Flarmy repetía la misma operación que hizo en el primero.
-Sara: “Deseo, por favor, solamente algo esencial para toda mi familia y seres queridos: salud y amor…” pensó que dinero no les hacía falta pues ya tenían suficiente.
Flarmy al oír ese deseo se quedó sorprendido…
-“Pobre…, lo único que desea es el bien a su familia…, no he visto niña tan generosa y amable… Sara…Sara es especial y creo que la estoy cogiendo demasiado cariño…” – pensó Flarmy.
En cuanto el ángel terminó de cumplir su deseo desapareció esta vez sin despedirse.
Sara se quedó extrañada porque no se había despedido de ella, pensó que ya no la quería, que ya se alejaría de ella y ninguna noche más vendría a parte del próximo lunes para formular su último deseo… Pensando en esto se fue a la cama entristecida, pensando en Flarmy, en cuanto lo quería y las ganas que tenía de decírselo, porque sabía que no solo sentía una gran amistad sino algo más. Pero tenía tanto miedo de perderlo si se lo decía, que dudaba que hacer y se pasaba el resto de la noche sin dormir…

A la mañana siguiente, Sara pensó si vería su deseo hecho realidad ese día, pero llegó a la conclusión que lo que había pedido lo vería cumplido durante todos los días…
Pero si…, ella comprobó que su deseo se había cumplido ya que al día siguiente a su madre estuvo a punto de atropellarle un coche pero por suerte o por arte de magia, frenó justo a tiempo…
Sara pensó que eso era parte de su deseo y se puso muy contenta…
La noche del jueves, cuando llegaba la hora de que Flarmy llegara, se volvió a pensar si debía decirle a su ángel lo que sentía… Tras un largo tiempo pensándolo, decidió que debía hacerlo…, tenía que confesarle a Flarmy su amor por él…
Lo que no sabía era como empezar…, no quería que dejaran de ser amigos pasara lo que pasara. Mientras Sara estaba atolondrada pensando en todo eso, de repente apareció Flarmy…

jueves, 15 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 4


Al oír las voces de su madre, la pequeña Sara bajo las escaleras casi volando y cuando vio en la entrada de la casa quien era aquella persona que decía su madre, se quedó paralizada por un momento hasta que reaccionó y corrió a sus brazos gritando:
-Sara: “¡Papá! ¡Estas aquí! No puede ser, mi deseo se ha cumplido… ¡Te echaba mucho de menos! No te vayas nunca por favor ¡Te quiero!”
-Sr. Harrison: “Sara, mi pequeña, mi reina de la casa, que grande estas, como has crecido desde que no te veo… Cariño, estate tranquila que yo no me iré nunca más… ¡Yo también te quiero hija mía!”
Después de ese gran encuentro, ella disfrutó mucho de ese día con su padre… Les contaba historias y toda la familia le escuchaba atentamente… Así pasó el día y cuando llegó la noche el Sr. Harrison dio las buenas noches a su hija en su cuarto, mientras la niña seguía muy feliz de que su padre hubiese vuelto… Pero también muy impresionada al recordar que su deseo se había cumplido, no entendía el por qué, pero así era… Todo parecía un sueño hecho realidad.
Cuando ya Sara, había cerrado los ojos a los pocos minutos apareció Flarmy como la pequeña luz de la noche anterior. Se posó en su nariz e inmediatamente ella abrió los ojos y vio la luz…
-Sara: “¡Hola Flarmy! Me alegro de que estés aquí.
Mientras ella le saludaba a él ya le había dado tiempo a transformarse en lo que era, ¡un ángel!”
-Flarmy: “Hola Sara, yo también me alegro de verte. Ya he visto desde arriba que tal te ha ido el día y veo que estas muy contenta ¿no?”
-Sara: “Uf, es que todavía no me puedo creer que el deseo que te pedí anoche se haya cumplido. Esta mañana al ver a mi padre en la puerta me impresioné muchísimo y me acordé de ti… Esto parece un sueño…”
-Flarmy: “Ya, si lo sé, lo he visto todo… Pues no Sara, esto no es un sueño, soy real… y estoy aquí para estar contigo. Ayudarte y también cuidarte. En general, para lo que necesites, además de cumplirte deseos.”
-Sara: “Muchísimas gracias Flarmy, entonces podemos ser amigos ¿no? Y ¿nos veremos todas las noches? Es que nunca imaginé que tuviera un ángel de los deseos y ahora que lo tengo me he dado cuenta que me gustaría conservar tu amistad y que me cuentes historias cada noche… ¿lo harás Flarmy?”
-Flarmy: “Claro que si Sara, eso no hace falta que me lo pidas, por supuesto que seremos amigos y te contaré todo lo que quieras ¿vale?”
-Sara: “¡OH! Gracias por todo”
-Flarmy: “No me las des Sara, te mereces todo esto, de verdad… Eres una chica que se preocupa demasiado por los demás y por ello sufres mucho y también me han dicho que eres muy fantasiosa, que crees en seres mitológicos irreales y te encanta todo eso… Por eso creo que mereces ver que existen algunas cosas en las que nadie cree como por ejemplo nosotros. Pero te aviso, no le puedes contar a nadie que existo, ni lo que has visto, ni que los deseos que pides te los concede un ángel porque si no, cuanto menos gente nos crea, más ángeles morirán allí arriba… Así que por favor, Sara, prométeme que guardarás el secreto y no dirás nada… Por favor, hazlo por mi…”
Claro ahora entendía Sara, porque le mando callar Flarmy la primera vez cuando dijo que los ángeles no existían. ¿Habría muerto algún ángel por su culpa? Simplemente porque no podía creer que existieran en ese momento, aunque ahora, después de esas dos noches, creía en ellos con todas sus fuerzas y deseaba conocer a su precioso ángel más a fondo.
-Sara: “Pues claro Flarmy, yo nunca diré nada, se que nadie me creería y además esta amistad hay que mantenerla en secreto y solo podremos vernos cada noche. Tranquilo confía en mi guardaré bien nuestro secreto…”
-Flarmy: “Muchas gracias pequeña, eres una buena chica, alegre, soñadora, simpática y con un gran corazón… Gracias por creer y confiar en mi…”
Sara se sentía muy feliz de poder tener a su lado a un amigo tan especial como él y que además fuese su ángel de los deseos. Todas las noches el ángel se encontraba con ella en su habitación, jugaban, contaban historias y se divertían… A final de semana se cogieron tanto aprecio y cariño que se querían como dos hermanos. Aunque con el tiempo ese cariño fue aumentando y Sara sentía que su corazón gritaba por dentro cuando le veía, cuando veía su magnifico rostro, sus ojos azules como el mar, cuando se sentía tan cerca de él el corazón empezaba a latirle más rápido sin control… Era algo que no podía controlar… Pero tenía miedo de que ella fuese la única que se sentía asi…

lunes, 12 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 3


Sara con una gran sonrisa en la cara y alucinada por haber conocido a un ángel de los deseos, se levantó de un salto y corriendo se puso en frente de Flarmy.
-Sara: “Ya estoy, ahora ¿Qué tengo que hacer?”
-Flarmy: “Te veo muy entusiasmada pequeña… Muy bien, ahora mientras me dices tu primer deseo piensa mucho en el y pon todo tu empeño ¿vale?”
-Sara: “Vale, de acuerdo”
-Flarmy: “¿Preparada? Venga confiésame tu primer deseo pequeña…”
Ella pensando mucho en su deseo cerró los ojos y empezó a decir lo que quería…
-Sara: “Deseo que mi padre vuelva pronto para poder estar con el y que no le pase nada, porque esta muy lejos de aquí y ya tengo ganas de verlo. Por favor tráelo sano y salvo a casa, y que no se vaya tan lejos nunca más…”
Mientras iba diciendo su deseo, Flarmy volaba alrededor de ella soltando de sus alas un polvo brillante…
Cuando la niña terminó de hablar, abrió los ojos y vio como un gran manto de luz dorada le rodeaba. A los pocos segundos el polvillo brillante fue desapareciendo…
-Flarmy: “Ya he terminado Sara, tu deseo se cumplirá en unas horas. Yo me tengo que marchar, mañana a la misma hora vendré a verte ¿vale? Y tranquila duerme, tu deseo se habrá cumplido cuando te despiertes…”
-Sara: “Esta bien Flarmy. Muchas gracias y encantada de conocerte. Hasta mañana”
-Flarmy: “Igualmente, aunque yo ya te conocía. Que descanses Sara…”
Flarmy le dio un beso en la mejilla a Sara, se convirtió en la misma lucecilla de antes y se marchó volando por la ventana.
Sara se acostó pensando en todo lo que le había pasado esa noche, pues aun no cabía en sí de gozo, tanta irrealidad junta, tanta fantasía en una ciudad, en su vida normal y corriente… No podía creérselo, estaba con ansias de que su deseo se cumpliera al amanecer… pero tenía miedo a despertar y que todo hubiera sido un sueño, aunque algo la decía que mañana por la noche a la misma hora volvería a ver a aquel ángel tan guapo tan precioso con sus hermosas alas blancas, a su querido Flarmy…
A la mañana siguiente se despertó y enseguida que abrió los ojos se acordó de Flarmy y su deseo… Entonces corriendo salto de la cama, bajó las escaleras a toda velocidad y llegó al salón donde esperaba ver a su padre… Pero desgraciadamente no estaba allí…
Sara intento calmarse y esperar ya que durante todo el día debería de cumplirse lo que pidió…
La mañana pasaba lentamente y antes de la hora de comer, alguien llamó al timbre.
-Sra. Harrison: “¡Ya abro yo Sara!”
Sara estaba en su habitación aburrida entreteniéndose con cualquier cosa… Cuando de repente escuchó la voz de su madre, la que parecía sorprendida.
-Sra. Harrison: “¡Sara! ¡Corre baja, no te vas a creer quien esta aquí! ¡Deprisa baja!”-dijo a gritos y entusiasmada.

miércoles, 7 de julio de 2010

"Más allá del cielo azul" Capitulo 2


De repente esa lucecilla habló y mientras seguía revoloteando cerca de ella, le contestó a la niña…
“Hola Sara, no te asustes… Verás, he venido a verte, porque la reina me ha mandado. Soy tu ángel de los deseos y me han informado de que estas triste y ayer le rezaste a la virgen ¿verdad?”
La niña sorprendida de lo que veía y sin creérselo aun, preguntó:
-Sara: “¿Mi…mi…mi ángel de los deseos? ¿Cómo puedes ser tu un ángel, si solo eres una pequeña luz voladora…? Además los ángeles no existen, solo están en los cuentos que me contaba mama de pequeña”
-“No, no digas eso más por favor. SHHH no lo digas más. Mira pequeña, para que lo comprendas todo obsérvame atentamente, porque yo soy un niño como tu…”- decía la lucecita.
Sara estaba confusa, boquiabierta, extrañada. ¿Por qué le habría mandando callar aquella luz, si solo había dicho la verdad? ¿O acaso aquello no era un sueño y era real?
De repente la lucecita lentamente se fue transformando y en pocos segundos se convirtió en un niño de la edad de Sara. Pero claro, era un ángel, como dijo, su ángel de los deseos… El chico tenía alas blancas y seguía flotando y volando por la habitación. Era moreno, de pelo corto y bien peinado. Con ojos azules, y una sonrisa encantadora, desprendía una tranquilidad enorme y era tan guapo… nunca mejor dicho era como un ángel precioso… Vestía pantalones cortos marrones y dejaba el pecho casi al descubierto, solo lo cubría un poco con una especie de piel de algodón, no, no, mejor dicho, como con una especie de alas de ángel cruzado desde el hombro donde tenía en el medio dibujado un símbolo que parecían ser dos pequeñas alas. Llevaba también un cinturón con este mismo símbolo. Sus pies iban descalzos, flotaba en el aire sin llegar a apoyarse en el suelo. Sara se quedó embobada mirándole, le había resultado encantador con solo verlo ahí parado frente a ella.
- “Sara, ¿lo comprendes ahora? Soy tu ángel de los deseos y para viajar a la ciudad me convierto en esa lucecita brillante que has visto, pero en realidad soy así… Me llamo Flarmy y tengo 16 años, a partir de hoy vendré a verte todas las noches… Y ahora te explicaré el por qué.”
Ella no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. ¡Pero si era un niño corriente! Como ella, solo que de un año más y todo hay que decirlo, a ella le resultaba magnifico, hermoso… Se le caía la baba, pero Sara tenía muchas preguntas, aun no comprendía del todo que hacía aquel “ángel” allí.
- Sara: “Hola Flarmy, pero… ¿de donde vienes, como sabes mi nombre y para que vas a venir todas las noches?”
- Flarmy: “Pequeña…, haces demasiadas preguntas, pero creo que te las voy a responder, mereces saberlo…
Verás, allí arriba en el cielo detrás de las nubes y en un lugar muy escondido vivimos todos los ángeles, hay de toda clase… los ángeles de la salud, los ángeles de la tristeza, de la alegría, de los deseos, etc. Y la reina de los ángeles nos manda mucho trabajo cada día… Cada vez que un niño necesita ayuda por algo, los reyes nos mandan bajar aquí a uno de nosotros para visitar a ese niño o niña y ayudarlo… En nuestro reino sabemos todos los nombres de todos los niños de la ciudad, por eso mismo, también me sé el tuyo…
Por ello estoy aquí, porque ayer vimos que desde hace unos días estas preocupada y triste y me mandaron venir a ayudarte… Y como yo soy tu ángel de los deseos, te voy a conceder tres deseos, uno por semana y si los deseas con mucha fuerza se te cumplirán seguro. Así que vendré todas las noches a ayudarte y recuerda que cada semana te concederé un deseo… ¿Lo has entendido?”
-Sara: “No…, no… no puedo creérmelo, ¿como me puede estar pasando esto a mi? ¿De verdad me concederás tres deseos? ¿Cómo lo harás? ¿Y cuándo? Esto no puede ser real, no puede estar pasándome a mi”- decía la pequeña Sara, restregándose una y otra vez los ojos sin parar. Pero en el fondo estaba feliz, era lo que siempre imaginaba de pequeña cuando su madre le contaba todos aquellos cuentos de hadas, de príncipes, de ángeles inexistentes en la realidad… Y… ahora… ¡ahora todo era real! ¡Ahora podría pedir tres deseos, los que ella quisiera!
-Flarmy: “Tranquila pequeña, te lo explicaré… Esta noche te concederé tu primer deseo, cuando me lo digas tienes que desearlo con todas tus fuerzas y sobre todo creer en mi…, en los ángeles del cielo. Cualquier duda que tengas me lo puedes preguntar, yo voy a estar contigo todas las noches para lo que necesites, así que no te alarmes.”
-Sara: “Creo que ya lo voy entendiendo Flarmy, muchas gracias por todo. Entonces te esperaré cada noche. Pero… ¿puedo pedir cualquier deseo, por muy difícil de cumplir que sea?”
-Flarmy: “Claro que si Sara, pero como ya te he dicho tienes que desearlo con mucha fuerza… Así que creo que ya sabes todo lo necesario. Ya podemos empezar. Ven levántate y ponte frente a mi, ¡venga!”

lunes, 5 de julio de 2010

"MAS ALLA DEL CIELO AZUL" Capitulo 1

Era una noche fría de tormenta y la lluvia empapaba las ventanas. En la casa de los Harrison se respiraba tranquilidad… Los Harrison eran una familia rica, muy conocida en Londres. Vivían en una gran mansión en el centro de la ciudad. El señor Harrison, era una persona importante de negocios y por eso viajaba de acá para allá. Su mujer, la señora Harrison, simplemente se dedicaba a cuidar a sus hijas, pues con el sueldo del padre les llegaba de sobra para mantener todo aquello.
La señora Harrison se encuentra en el salón sentada en su mecedora, mientras las niñas juegan junto a la chimenea… Es un salón enorme, con tres sofás bastante cómodos entono beis, una gran chimenea. A un lado una gran alfombra donde las niñas juegan. Un ambiente de casa rural por así decirlo y eso que se encontraban en el centro de la ciudad.
Marta, la menor de las hijas con un año, gatea por el salón detrás de su gato. Marta es una niña adorable, de pelo rubio y con pequeños rizos, ojos grises mezclado con verdes. Eran los ojos más bonitos que podías ver.
Sara es la más mayor de las hijas, tiene 15 años, morena con una gran melena, ojos verdes, de piel pálida y algo delgadita, pero eso sí muy hermosa. Se encuentra junto a la ventana, recordando, observando tristemente como las gotitas de agua corren por el cristal…, pensando en muchas cosas, pero sobre todo, preocupada por su padre…
El señor Harrison se fue hace un año a trabajar fuera y Sara no sabe nada de él, le echa de menos y desea con todas sus fuerzas volver a verle… Lleva varios días triste, preocupada. Hasta hace poco tenía pesadillas. Soñaba que a su padre le pasaba algo, que se encontraba en el hospital dormido, pero jamás despertaba y los médicos no hacían nada. Se levantaba llorando, con lágrimas en los ojos y sudando. Apenas dormía, ni ella ni la señora Harrison que se levantaba para calmarla.
Como ya es tarde, la señora Harrison manda a las niñas arriba para dormir, coge a la pequeña Marta y a Sara le da una voz para que se acueste…
Sara sube a su habitación y aunque no tiene mucho sueño y sigue triste, se mete en su cama.
Antes de apagar su luz, decidió rezar y pedir a la virgen mucha salud para su padre…
-Sara: “Virgencita, por favor, cuida de mi padre por mi, ya que esta tan lejos y yo no puedo, dale mucha salud y fuerzas. Amen”
No es que fuera una cristiana incondicional una gran fiel de la iglesia, pero era lo único que podía hacer en esos momentos y que además su madre la animaba diciéndole que así desde allí arriba cuidarían de su padre.
Después de esas palabras, Sara apagó su luz, se tumbó en la cama y se durmió con lágrimas aun en sus ojos. Era media noche, cuando de repente algo entró por la ventana de la habitación de Sara… Era una pequeña luz que revoloteaba encima de su cama, una luz muy brillante y amarilla que soltaba pequeños destellos…
Sara se despertó al oír un ruido y cuando abrió los ojos vio a esa pequeña lucecita… Tan resplandeciente, tan llena de destellos, hipnotizante… No tenía palabras para describirla. Sobresaltada y asombrada saltó de la cama y casi tartamudeando preguntó para si misma, sin intención de esperar una respuesta…
-Sara: “Pe…pe…pe…¿pero que es esto? ¿Esta luz tan pequeña? ¿De donde viene?”

domingo, 4 de julio de 2010

"MÁS ALLÁ EL CIELO AZUL" Prólogo


Alguna que otra vez, cualquiera de nosotros, ya sea de pequeños o incluso siendo adultos, hemos imaginado cosas que jamás creíamos capaz de cumplirse. Hemos soñado con seres irreales hermosos que conocíamos y cambiaban nuestras vidas.
Sara, la protagonista de esta historia, era una chica de quince años aproximadamente, morena de ojos verdes. Ella siempre había soñado de pequeña con todos aquellos personajes que salían en los cuentos que su padre le contaba. Siempre había soñado que era una linda princesa, encerrada, y que al final siempre la rescataba un apuesto príncipe… Si, sueños de la infancia… Pero poco a poco Sara, se iba haciendo mayor, y dejaba de soñar con esas cosas, ya le había entrado en la cabeza que no existían, aunque aun así seguía mostrando interés a las criaturas irreales, le encantaba leer sobre ángeles, hadas, elfos, duendes, etc. Aunque ella sabía que no existieran los veía criaturas hermosas e interesantes.
Pero un día, un magnifico día para ella, su vida daría un giro total, aquello con lo que tanto soñaba, aquello que siempre había imaginado, a lo que tanta curiosidad mostraba, en lo que tanto se interesaba… Algo, o quizás alguien, entró en su habitación aquella noche, cambiándole la vida y consiguiendo al fin la felicidad. Pero lo más importante, haciéndole ver que los sueños cuando menos te lo esperas se hacen realidad…